Club de Lectura

Marx Cortázar: “Preámbulo a las instrucciones para dar valor a la mercancía”, en ‘Historias de cronopios y de fetichismos’

«Piensa en esto: cuando te venden una mercancía te venden un pequeño infierno florido, un objeto endemoniado, un calabozo de personas. No te dan solamente una mercancía, que la disfrutes muy feliz, y esperamos que no te dure aunque es de buena marca, suiza con áncora de rubíes; no te venden solamente ese menudo producto que incorporarás a tu vida y pasearás contigo. Te venden —lo saben, lo terrible es que lo saben—, te venden un nuevo pedazo frágil y precario de un trabajador, algo que es suyo, producido por su cuerpo, que hay que ofrecer a un valor más alto para obtener plusvalía. Te venden la necesidad de pagar más para que siga siendo una mercancía; te venden la obsesión de estar a la última en el mundo de las joyerías, en los anuncios de ropa, en el teléfono móvil. Te venden el miedo de perder su trabajo, de que no cobren, de que caigan en la pobreza y se mueran. Te venden su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te venden la tendencia a comparar tu mercancía con las demás mercancías. No te venden una mercancía, el trabajador es el vendido, a ti te ofrecen para sostener la plusvalía».

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