Título original | La Chatte |
Título en castellano | La gata |
Autora | Sidonie-Gabrielle Colette (Saint-Sauveur-en-Puisaye, 28 de enero de 1873 – París, 3 de agosto de 1954), más conocida como Colette, fue una novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revista y cabaré. Esta prolífica, controvertida y escandalosa escritora fue la primera mujer miembro de la Academia Goncourt, en el año 1945, miembro de la Real Academia de Bélgica, y dos veces condecorada con la Legión de Honor. Su primer marido fue el primero en descubrir sus facultades como escritora y la animó a redactar obras que luego él firmaba sin escrúpulo alguno. Escribió La gata con 60 años. Pese a su discutible reputación, Colette fue la única escritora francesa que tuvo derecho a unos funerales nacionales. Fue enterrada en el cementerio Père Lachaise de París. |
Traductor/a | E. Piñas |
Editorial original, ciudad y año
(primera edición) |
Por entregas en Marianne del 12 de abril al 7 de junio de 1933, después la publicó Grasset en la colección Pour mon plaisir el 12 de junio de 1933. |
Editorial en castellano, ciudad y año (primera edición y edición leída) | Plaza y Janés, 1967
Ediciones Orbis, 1982 |
Fecha de lectura | Noviembre de 2015 |
Nº páginas | 190 |
Dedicatoria del autor/a |
– |
Cita de la primera página | –
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Importancia del libro en la obra del autor | Es un libro de madurez que disfrutó de gran éxito en la época de su publicación. |
Curiosidades del libro | Colette fue fiel a sus gatos, que aparecen en prácticamente todas sus obras y no solo en esta en la que evidentemente cobran un papel protagonista. «Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro patas», afirmó la autora antes de morir rodeada de gatos a los 81 años. |
Referencias (sucesos históricos, música, libros y autores, cine, curiosidades…) | 5 enero 1933 comienza la construcción del puente Golden Gate de San Francisco.
5 de marzo: en Alemania, el Partido Nazi gana las elecciones con el 43.9 % de los votos. 10 de mayo: en Berlín (Alemania), el régimen nazi quema 20 000 libros de autores que figuraban en su lista negra. 19 de noviembre: en España, se realiza por primera vez el sufragio universal en las elecciones generales que darían la victoria a los partidos de derechas. Federico García Lorca: Bodas de sangre. Sopa de Ganso, Hermanos Marx.
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Edad recomendada
(y por qué) |
19 años, como la esposa de la novela… Lo que no estoy segura es si el recuento debería hacerse en años gatunos o humanos. |
Me hubiera gustado leerlo a mis … años (y por qué) | A mis actuales 19 años. |
Estado de ánimo recomendado
(y por qué) |
felino, etéreo, estival |
Momento del día/semana/año/ recomendado
(y por qué) |
verano caluroso en la ciudad |
Medio de locomoción recomendado
(y por qué) |
la cama o una hamaca |
Frase reclamo marketinera
(230 caract. c/espacios) |
Un esposo lánguido que se aferra a la infancia, una esposa despierta y vivaz, un pequeño apartamento parisino, una antigua compañera que destapa el cisma… son todos ellos elementos para el caos, pero un caos sutil, silencioso y muy respetable.
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Título de la sinopsis crítica | Instintos felinos y tocadores de cristal |
Sinopsis crítica
(670 caract. c/espacios) |
Narración sutil, delicada, casi onírica, La gata nos relata la difícil adaptación a la convivencia de un matrimonio joven a lo largo de un tórrido verano parisino. La presencia de Saha, compañera de infancia del reticente esposo, aviva los celos, la nostalgia, el desprecio, la decepción, el distanciamiento… sentimientos todos ellos que quedan sin embargo perfectamente silenciados bajo el discreto corsé de la apariencia de un matrimonio respetable. Un maravilloso recorrido por ese abismo que separa la conciencia interior y el yo social que los humanos llevamos siglos transitando con agilidad felina de minino domesticado.
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Así empieza (500 caract. c/espacios) |
Los jugadores de póquer familiar dieron muestras de fatiga a eso de las diez. Camille luchaba contra el cansancio como se lucha a los diecinueve años; es decir, de improviso aparecía fresca y lozana; luego, bostezaba detrás de sus manos juntas y reaparecía pálida, blanca la barbilla, un poco oscuras las mejillas bajo los polvos de matiz ocre, y dos lagrimillas en el rabillo de los ojos. -Camille, tendrías que acostar… -¡Son las diez, mamá, son las diez! ¿Quién se mete en cama a las diez? Con la mirada buscaba a su prometido, hundido en el fondo de una butaca.
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