Ganar un “león” en el Festival de Cannes acrecienta el ego de los creativos publicitarios y repercute negativamente en el ambiente de las agencias
.- Jean Marronier, París (Francia)
“Desde que volvió de Cannes se ha vuelto gilipollas”. Así de rotundo se manifiesta Antoine (nombre ficticio de un diseñador), según se recoge en el informe ‘Recibir un premio de publicidad idiotiza’, realizado por Nielsen, empresa especialista en investigación de mercados. Y es que Antoine lo tiene claro a la hora de definir cómo afecta la concesión de galardones a una agencia: “Lo normal es que cuando el ‘creata’ recibe un león se crea que todo el mérito es suyo, y se endiosa en instantes”, sin precisar la cuantía temporal.
Nielsen ha sondeado la opinión de 999 publicistas en toda Francia, los cuales han trabajado ratón con ratón junto a —al menos— un creativo galardonado en el Festival Internacional de Publicidad ‘Cannes Lions’. Julie (nombre también inventado), es copy y expone su resentimiento con un tautograma: “Cuentacuentos crecidos con comerciales condecorados”.
Nielsen avisa de que este “subidón” puede tener efectos adversos. Si el publicista cree que su anuncio es merecedor de un premio y no lo recibe, se hunde anímicamente y puede salir a la calle a quemar contenedores.