Club de Lectura

Cuentacuentos crecidos con comerciales condecorados (1)

Los quinceañeros hermanos Katersen congregan cada semana a cientos de personas en el parque Kongens Have de Odense, para narrarles historias creadas a partir de anuncios de televisión.

.- Jens Marronsen (Dinamarca)

Todo comenzó hace cuatro años. A los pequeños Svend y Birthe Katersen les encantaba la publicidad. Siempre esperaban ansiosos la interrupción de cualquier serie para que se sucediesen los comerciales. Pero el juego de adivinar qué marca era la que se anunciaba, pronto se les quedó corto. Así que decidieron explorar nuevas vías. Un día Svend, el mayor, llegó casualmente a la web del Festival Internacional de Publicidad ‘Cannes Lions’, y se quedó entusiasmado. Tenía anuncios premiados de todos los tipos y colores, en multitud de formatos. No los entendía bien porque sólo comprendía algo de inglés, así que llamó a su hermana pequeña Birthe para ver si entre los dos descubrían de qué diablos iba cada pieza. No lo consiguieron, pero anotaron en una libreta lo que les “inspiraba” cada comercial televisivo, y como un nuevo juego se inventaron una historia donde encajara esa publicidad. De este modo nació ‘Operación Dragón Acuático’, surgido a partir del famoso anuncio español de BMW con Bruce Lee como protagonista, y su ya mítico: “Be water, my friend”.

Trabajando a cuatro manos consiguieron armar un libro con diecisiete historias, pero pese a la ayuda de sus padres no lograron interesar a ninguna editorial. Afortunadamente no se dieron por rendidos y siempre tirando de ilusión resolvieron contar ellos mismos las historias. Indagaron nuevamente en Internet y se toparon con la serie “El narrador de cuentos”, de Jim Henson. Al ser chico y chica se repartieron por razón de sexo los diálogos, y comenzaron a practicarlos en familia. Fue un rotundo éxito doméstico.

Birthe recuerda el primer día en que se fueron al parque Kongens Have, acompañados por sus padres: “Hacía frío, era casi de noche, pero no podíamos esperar más”, dice mientras ríe. A Svend le temblaba la voz cuando tenía que empezar: “Habíamos avisado a algunos amigos, yo estaba muy nervioso, y mi padre decidió hacer de maestro de ceremonias, lo que dio más solemnidad al acto”. Los curiosos se fueron acercando, y al terminar el cuento la masa de decenas de personas, niños y abuelos, quería más y más, como en los buenos conciertos. Al no tener nada preparado, su madre alzó la voz: “No se preocupen, un cuento al día es la receta perfecta para el cerebro. Mañana a la misma hora nuestros hijos estarán aquí para deleitarles con otra historia”. Y desde entonces los toda la ciudad sabe que, de lunes a jueves, las 5 de la tarde no es la hora del té, sino la de los ‘Historiefortælling’ (cuentacuentos en danés).

El alcalde de Odense, Enero Boye, del Partido Conservador, está encantado con la idea: “En estos malos tiempos que corren, cualquier iniciativa que alegre a la gente y además genere turismo siempre será bienvenida y apoyada por cualquier gobierno. Los hermanos Katersen han conseguido además que los más jóvenes sepan que la imaginación es un bien que debemos explotar hasta el límite”. Boye ha dado orden de preparar un programa de cuentos que incluirá a nuevos talentos de la ciudad, para que narren sus aventuras en El castillo de Rosenborg.

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