Bitácoras/Filosofía

Bitácora del 6.5.2014 a la charla de Sara “El incesto en ‘Casa tomada’ de Cortázar” (por Dani)

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Triple crónica de la maravillosa charla que nos dio Sara el martes pasado sobre «El incesto en “Casa Tomada” de Cortázar».

A.    Crónica de Daniela

Bitácora del martes 6 de mayo de 2014

Lugar: La Bagatela

Asistentes: Pablo, Mitas, Marrone, Daniela, Marian, María José, Delia, Magalí y Carlos

El pasado martes tuvimos la visita de Sara que nos sorprendió muy gratamente con su charla sobre “el  incesto en Casa Tomada”.

Comenzó su intervención contándonos su curiosidad al recibir la invitación de Pablo y al descubrir que estábamos “intrigados y entusiasmados” por profundizar en el tema del cuento de Cortázar.

Sara nos contó su especial relación con el autor, que comenzó cuando –con 18 años- dejó la casa de sus padres llevándose un ejemplar de “Rayuela”. Desde entonces, el libro, le abrió las puertas a una nueva dimensión, a querer vivir otra vida tan rica como la de los personajes que iba descubriendo. El libro se convirtió para ella en un objeto que representaba lo cercano (lo había traído de la casa familiar) pero con un punto de extrañamiento que le permitía distanciarse de esa vida de la que ya no participaba. Esta ambigüedad y esas ganas de entender el porqué de la relación entre lo familiar y lo distante, fueron un importante motor que la llevaron –según afirmó- a decidirse por el estudio del psicoanálisis.

Al adentrarse en “Casa Tomada” comentó que uno de los primeros temas que aparecen es el de lo inexplicable, la sensación de que los fundamentos del mundo se tambalean y esto puede llevarnos, como lectores, a pensar que se trata de locura o fantasía. Esto tiene también un carácter siniestro y, al introducir este término, nos mencionó a Schelling  para quien «Lo siniestro (das Unheimliche) nombra todo aquello que debió haber permanecido en secreto, escondido, y sin embargo ha salido a la luz«. Lo siniestro pone en relación lo familiar y lo desconocido y “Casa Tomada” es un buen ejemplo de esto.

Nos explicó Sara que el cuento proviene de una pesadilla de Cortázar que él mismo relató en una entrevista  “’Casa Tomada’ fue una pesadilla. Yo soñé «Casa tomada». La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta un momento totalmente insoportable en que -como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro- en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto.Te puedo dar un detalle anecdótico, me acuerdo muy bien de eso porque quedó una especie de gestalt completa del asunto. Era pleno verano, yo me desperté totalmente empapado por la pesadilla; era ya de mañana, me levanté (tenía la máquina de escribir en el dormitorio) y esa misma mañana escribí el cuento, de un tirón”.

Y a partir de este cuento Cortázar produce una ficción para poner en palabras lo siniestro.

Indagando por los caminos del sueño, hablamos también de Freud que fue el primero en pensar al sueño como algo pleno de sentido, como “una realización de deseos no reconocidos por el soñante”. Y para satisfacer al soñante se produce un mecanismo  -activado por el guardián del sueño- que intenta transformar el sentido, disfrazarlo para que no resulte alarmante. Sin embargo, cuando este guardián se relaja, y el soñante lo detecta, se produce una pesadilla con su consiguiente sensación de angustia.

El cuento es una construcción sobre la interpretación de su propio sueño, en el discurso sobre el sueño se cuelan cosas que el propio soñante no controla. Dice Cortázar que un relato parte de algo que no se dice pero que siempre está presente. Él escribe el cuento para poner en palabras algo que no entiende.

En “Casa Tomada” el punto de inflexión entre la realidad y la ficción se produce cuando los protagonistas oyen las voces y concluyen que han tomado la casa. En ese momento queda establecido que es un cuento de terror porque produce mucha inquietud. Y esa inquietud proviene de advertir que los protagonistas no sienten curiosidad por saber qué ocurre. A esa sensación se suma la de claustrofobia, los hermanos no salen de la casa, pareciera que ese interior les brinda una zona de seguridad. Están aislados pero seguros hasta que se produce la toma de la casa que parece romper la seguridad. Pero esta  ruptura se produce desde dentro, desde la propia casa que los expulsa convirtiéndose en un nuevo personaje.

En este punto, Sara, relaciona la Casa de Cortázar con la “La Casa Usher” de Poe en el que el propio edificio se amalgama con la familia y es una metáfora del linaje que se acaba con los protagonistas –también hermanos- que, al no tener descendencia, morirán con la casa.

En “Casa Tomada” la casa tiene tanto poder sobre los personajes que no los deja casarse. Esto puede interpretarse como una familia que impide a sus hijos que se independicen, se casen y se vayan. Es algo similar a lo que sucede en “La Casa de Bernarda Alba” con la imposición del luto. O en la película “Canino” donde los hijos están recluidos y la familia desarrolla un lenguaje propio que es otro factor que los aísla e impide conectar con el mundo exterior.

El encierro de “Casa Tomada” es simbólico (no hay nada que les impida huir) y lo impresionante es que los personajes no tienen deseos de salir. Hay una frase, “se puede vivir sin pensar”, que resume esta apatía, la inmensa falta de curiosidad intelectual.

Frente a este tipo de sentimiento, Sara nos habla de lo importante que es detectar cuando lo familiar nos atrapa, cuando ciertos amores desmesurados impiden liberarse y relacionarse con el exterior. Es lo que sucede en “La Casa Usher”, en la que los protagonistas están condenados a ser hijos y no pueden realizarse como hombre y mujer.

En “Casa Tomada” hay algo no dicho que, sin embargo, está siempre presente: el incesto.

Por incesto no hablamos de una relación sexual explícita entre los hermanos, sino de la imposibilidad de cumplir un determinado rol  y de estar recluidos e impedidos de socializarse. Esta situación nos lleva a mencionar a Levi Strauss que ha planteado que la prohibición del incesto es el elemento constitutivo en el pasaje de lo natural a la cultura. Esta prohibición del incesto es universal pero a la vez es acordada en cada sociedad. Es el hecho fundante de la sociedad porque permite distinguir entre lo que es familia y lo que no lo es. Es algo que prohíbe pero de manera normativa, para permitir establecer pautas de conducta sociales (no te puedes acostar con tu madre pero sí con todas las otras mujeres). Esta prohibición tiene un sentido político y evita los conflictos entre los grupos.

Freud también considera que la ley de la prohibición del incesto es el paso hacia la cultura. Desde el psicoanálisis se dice que somos seres extraviados, alejados de los instintos y enredados en la cultura. Para Freud la prohibición del incesto necesita inevitablemente ser recordada con cada nuevo sujeto para que siga vigente y la persona no quede atrapada en su seno familiar y aislada de lo social. Se dice también que la prohibición genera un efecto psíquico porque es el motor del deseo. El deseo por definición es inalcanzable pero es lo que nos permite seguir vivos.

La prohibición del  incesto representa también la ley del don: se dona una mujer a un grupo externo, se establecen lazos con otros sujetos ajenos a la familia y así se produce la socialización.

Los protagonistas de “Casa Tomada” no desean, por eso no se quieren ir de la casa. La casa no les ha transmitido el mensaje correcto y por eso están atrapados sin poder salir tratando de perpetuar el rol de hijos. Eso es parte de un comportamiento patológico, tal como cuando el deseo previo de los padres se vuelve coartador en vez de liberador. Es lo que vemos también en “La Casa Usher” y en “Canino” en los que no se produce un ingreso satisfactorio a la sociedad. En todos estos ejemplos lo siniestro se produce al percibir que lo mismo que une a los protagonistas se convierte en un afecto enrarecido. No quieren salir al mundo y buscan un espacio de recogimiento y de encierro para intentar encontrar la seguridad.

Así, pensando en lo siniestro, lo incestuoso, lo social y lo cultural pasamos nuestra hora y media de clase mechada con algunos debates que, afortunadamente, no quedaron cerrados.

Tras la charla con Sara, el grupo bagateliano terminó la velada en Los Porfiados para –cañas y vinos mediante- continuar departiendo y profundizando en las cuestiones más variopintas (y ya veraniegas).

Daniela

B.    Crónica de Delia

 

Recojo aquí lo que se escuchó con ojos platos por los bagatelianos presentes, y cómo nos embelesó Sara en nuestro encuentro con ella en la Bagatela, el pasado 7 de mayo de 2014.

Sara acude para contarnos cómo ve ella el morbosillo tema del incesto (perpetrado o no) en “Casa Tomada” de Cortázar, lo cual nos hace esperarla con expectación subida de tono.

Lo primero que nos cuenta es que, para ella, la propuesta en sí de la charla también fue inesperada. Siendo el contenido que habría de desarrollar intrigante y casi como algo que habría de desenrollar, tirando de los hilos de un ovillo similares a los que maneja Irene, personaje (¿secundario?) de “Casa Tomada”.

Sara parte de su experiencia personal, para contarnos cómo, al irse de casa a los 18 años, se llevó bajo el brazo “Rayuela” de su casa familiar. Se llevó así algo familiar que le permitió extrañarse, algo conocido aunque nunca leído antes, que le mostró que otra vida diferente podía ser posible. Que era factible movilizar a los demás para buscar otra solución a cosas que no tienen una explicación racional. Algo que la llevaría en lo profesional hacia el psicoanálisis, ya que hay caminos personales que no se sabe en qué momento temporal se disparan, pero sí a qué van atados en lo simbólico: cuál fue la llave que empezó a detonar la cosa.

Inicia así ese ir y venir entre lo familiar y el afuera, tránsito suave y continuo en su discurso, que nos irá llevando, de hilo en hilo y sin pestañear, casi sigilosamente, sobre su explicación hipotética sobre los significados de “Casa Tomada”.

1.          Lo inexplicable

El primer hilo es el de lo inexplicable, entendido como aquello conocido que se presenta donde uno no se lo espera. A modo de ejemplo, lo inexplicable surge insólitamente, como en ese sueño en el que abres una puerta a un desconocido y eres tú quien entra por la puerta.

Lo inexplicable es descrito por Sara como un contenido conocido que aparece súbitamente en un lugar donde no debería estar.

Ante esa sensación cabrían dos posibilidades: enloquecer o ficcionarla, tratarla a través de la palabra.

Schelling lo denominó «lo siniestro» (así como Freud posteriormente); y sería lo que nombra “aquello que debió haber permanecido escondido y salió a la luz».

Sara va desplegando esta idea de lo inexplicable, lo siniestro, como algo conocido, familiar que surge entre lo desconocido, que al aparecer en un lugar inesperado se torna aterrador. Y a continuación va a trazar una segunda línea que lo enlaza con lo onírico.

2.          El inconsciente en el sueño

El sueño es el lugar prototípico donde surge lo inesperado. Uno de los modos en que Sara aclara cómo se da esta relación dialéctica (entre lo conocido y lo inesperado) es a través de cómo surge en Cortázar mismo el argumento de “Casa Tomada”.

Cortázar explica en una entrevista cuál fue el origen del cuento: una noche de verano soñó con esta sensación de lo inexplicable; aunque, en su sueño, él estaba solo. Empapado de sudor, lo escribió de un tirón, aunque al hacerlo lo ficcionó, se separó de lo soñado e introdujo nuevos elementos. Sara explica que este fantástico cuento funciona también porque Cortázar busca producir en nosotros lectores esa misma sensación que él tuvo. Y vaya si lo consigue.

Este segundo hilo va a ir mostrando, en las palabras de Sara, las sucesivas capas en el proceso de elaboración en torno a este material onírico:

Primero explica cómo el sueño, como producto simbólico de cada uno, sería la realización de sus deseos prohibidos y no reconocidos. Por eso produce extrañeza: el sueño deforma, se transforma, se disfraza, para que pueda engañar al soñante y pueda satisfacerse ese deseo, para que pueda realizarse de algún modo.

Esta operación (casi de prestidigitación) la realiza el «guardián del sueño». A veces este guardián se relaja, porque el material sea mucho, o porque los retazos de la «realidad» que se incorporan y que sirven para disimular no se ajusten bien, y entonces se hace muy evidente el deseo. Ahí es cuando surge la angustia en el sueño y deviene en pesadilla, y uno se despierta agitado.

Una imagen potente para entender el mecanismo es pensar que detrás de nuestra escena consciente sucede todo el tiempo otra escena –la inconsciente-, la cual produce efectos, los cuales son los que vemos, y entonces nos sobresaltamos angustiados.

En “Casa Tomada” hay una distancia, por eso aquí no pretende Sara hacer una interpretación psicoanalítica de Cortázar, ¡ni mucho menos le interesa! Por ahí, en algún lugar inaccesible, estaría el deseo prohibido de Cortázar; pero por encima hay ya una capa, que es el sueño mismo, que es una elaboración que deja solo salir algunas cosas de ese deseo. Y del sueño mismo tampoco tenemos transcripción (la cual tampoco sería fiel, pues la palabra llega a donde llega, nunca recoge del todo ese inconsciente que se manifiesta pues, decimos, la sombra siempre es el punto ciego de uno).

No solo eso: por encima habría otra capa adicional, que es el cuento en sí, en la cual lo soñado es ficcionado, puesto en otro lugar, con otra intención, que es la voluntad de Cortázar de conmovernos a nosotros en esa sensación. Sí que nos interesa esa intención narrativa de Cortázar, según el cual un relato «parte de algo que no se dice pero no deja de estar presente en todo el relato».

Puestas así las bases del funcionamiento inconsciente, ¿qué sería lo que persigue Sara mostrar, en su tendida de hilos, en ese tejer incesante que hace con sus palabras, para entresacar lo que anda formulado e inexpresable en “Casa Tomada”, que nos tiene tan intrigados?

3.    La inacción por seguridad

Este algo inexplicable que aparece en “Casa Tomada” se sitúa en medio de la narración de la realidad cotidiana de esta extraña pareja de hermanos. Inesperadamente, en el medio de una aburrida descripción de fútiles rutinas, aparece ¡clack! el terreno de lo siniestro («aparecen los ruidos»… «han tomado la casa»).

Es el punto de giro del cuento, que deviene de relato de terror, porque hace que contactemos con esa sensación. ¿Y qué es lo que nos inquieta? La falta de extrañeza, que no haya reacción, el hecho de que a nosotros nos resulte claustrofóbica su actitud (el que no salgan de la casa ni pretendan explorarla, y después tampoco investigar quién la está tomando), mientras que, a ellos mismos, esa situación les produzca seguridad, y luego aceptación.

Los hermanos toman noción de lo grande que es la casa a veces, cuando abren, pero eso no les convoca, se sienten aislados pero seguros. En la toma de la casa se rompe esa seguridad,  pero se rompe desde dentro. Son los mismos ruidos los que les empujan a salir de eso, es el propio espacio el que les empuja a salir, la inseguridad viene de dentro, pero no se dan por enterados.

4.          La casa, condensación de la familia

«Es de Irene y de la casa de quien quiero hablar”, frase inquietante que nos lleva a la casa como personaje central del cuento; esa casa que les expulsa en un momento dado.

Sara relaciona esta casa con la de «La caída de la casa de Usher» de Poe, aquella que simboliza la total identificación entre una casa y una familia (y su nombre), entre el edificio y el linaje, como condensación. En “Casa Tomada” reconoce el hermano que «es la casa la que no nos dejó casarnos», generando un «matrimonio de hermanos», la «clausura de una genealogía».

Nos va llevando Sara a la siguiente pregunta clave:

5.¿Cómo una familia puede impedir que sus hijos se casen?

Sara saca a colación el ejemplo de «La casa de Bernalda Alba» de García Lorca, para mostrar que en ese caso hay una prohibición explícita: cinco años de luto, que propicia un sinfín de conflictos internos de las hijas, hasta que la situación estalla.

En «Canino», película de Georgios Lanthimos, los hijos tampoco salen de casa, ni tienen contacto con otros grupos sociales, y manejan un lenguaje diferente y caótico propuesto por esa familia, donde todos los términos tienen significados distintos de los habituales, lo que hace que estos hijos vivan un mundo incomunicable con el afuera, y que los deja aislados en potencia.

Lo radicalmente distinto entre esas dos casas y la de «Casa Tomada» es que las dos primeras están cerradas por una cerradura explícita, mientras que, en la tercera, las puertas están abiertas, son sus integrantes los que no tienen deseo de salir y se ven obligados a hacerlo por la propia casa. De hecho, una vez tomada, persisten en su vida tranquila, declarando que «se puede vivir sin pensar», sin deseo de saber.

¿Qué sería lo familiar que atrapa? ¿Cómo puede ser que una familia impida que salgamos al mundo?

Aquí Sara constata, desde su experiencia con los casos clínicos, cómo hay familias que a veces impiden irse. La familia es la primera relación social, la que traza cómo se transita de ella al resto de relaciones sociales. Hay casos en los que se teje un amor tan desmesurado que, por miedo a que se pierda, impide al hijo saber del afuera.

En la “Casa Usher” de Poe, algo no se quiere perder; así se explica cómo, casándose uno con otros del afuera, es como si se perdiera el linaje para siempre. En la “Casa Tomada”, estos dos hermanos tienen que ser hijos eternamente, pues hay algo en esa casa que no permite que sus hijos salgan. El precio de la seguridad que sienten es no poder salir al mundo.

Sara nos conduce ahora a investigar qué podría ser eso que no los deja salir, y cómo es algo no dicho del todo en el cuento, pero que constantemente sobrevuela: es el incesto. Entendido no tanto como la relación sexual explícita, sino como la posibilidad de salir de la familia y generar una vida propia. Para explicar este aspecto, desenreda un nuevo hilo.

6.          La ley de prohibición del incesto

Un pequeño excurso para explicar la ley de prohibición del incesto, vista por Levi Strauss como la que marca el paso de la naturaleza a la cultura.

Para él se trata de una ley universal, pues se da en todas las culturas, pero variable, pues cada una lo realiza a su manera (estando proscrito el matrimonio de primos cruzados en unas y no en otras, por ejemplo). Esta ley es para él el ordenador fundante de la sociedad, pues ordena las relaciones entre unos y otros, con estos sí y con los demás no. En ese sentido es una relación política, porque evita que los conflictos pasen dentro del grupo para que pasen fuera. Por encima de todo, lo importante es que inaugura una prohibición: es el paso de la familia a la sociedad.

Para Freud, sin embargo, la ley de prohibición del incesto inaugura la cultura en oposición a la naturaleza, al ser universal, no natural (no hay ningún instinto que nos prevenga de tener sexo con un hermano al cual no reconozcamos como tal). Lo importante que marca Freud es que esta ley ha de renovarse en cada nacimiento, y si esta ley no opera, el hijo se queda atrapado sin poder salir al mundo a explorar.

En últimas, el organizador psíquico de la ley de prohibición del incesto es el deseo. Si no hay algo prohibido, no deseamos. Así quien no desea muere psíquicamente, pues la vida es esa concatenación de deseos. La familia tendría como misión la transmisión de las condiciones de posibilidad del deseo.

La explicación por tanto a la que llega Sara es que en estas tres casas puestas de ejemplo no se ha producido la organización psíquica de la ley de prohibición del incesto, por lo que está ausente el deseo. Por lo que estos hijos no pueden separarse de esa casa. Eso es lo inquietante que está ahí, ver que la misma familia que nos quiere nos atrapa, el lado asfixiante del amor.

Delia

C.              Crónica de Magalí

 

Notas:

Extrañarme de mi propia casa.

Llevarse algo de mi casa familiar para volver a ella.

Ficcionarlo/ponerle palabras.

Lo inexplicable/Lo desconocido que aparece en un lugar no formal/Lo siniestro (Shelling)

 

“Casa Tomada”

Aparece lo siniestro en un momento (empieza lo fantástico)/ giro en el cuento

interior: espacio seguro

La casa – Irene ¿personajes principales?

Encierro simbólico en la casa

 

Prohibición del incesto

Lo prohibido permite

Los hijos eternos

La familia/El deseo/Lacan

La no prohibición del incesto como motor de construcción del cuento

 

Referencias

“La caída de la Casa Usher”

“La casa de Bernalda Alba” (prohibición explícita)

 

Magalí

 

 

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