Críticas con ficha necropia/Críticas literarias

«El siglo de las luces», de Alejo Carpentier (por Dani)

Alejo Carpentier, el siglo de las luces

Tiempos convulsos

De la mano de tres jóvenes y ricos huérfanos de la Habana, Carpentier nos embarca hacia las profundidades de la Revolución Francesa. Y, en este trajinar incesante entre Europa y el Caribe, en el que viajan las ideas y los hombres, también se desplaza uno de los grandes símbolos de la época: la guillotina. El protagonismo de “La Máquina” es un claro referente a un tiempo plagado de utopías y desencantos. Este contexto de extrema sinrazón es también el escenario en el que confluyen los más variados personajes: masones, militares, esclavos, comerciantes. Todos ellos, con sus miserias y ambiciones, van creando una intensa red de relaciones narrada por el autor con notable maestría.

 

Título original El siglo de las luces
Título en castellano El siglo de las luces
Autor (ciudad, fecha nacimiento y muerte, edad al escribir el libro, curiosidades…). Alejo Carpentier, escritor cubano, que nació en Suiza (26 de diciembre de 1904) y murió en Paris (24 de abril de 1980). Creció en Cuba, estudió música y posteriormente vivió en Europa, principalmente en Francia. Se dedicó a la música y al periodismo que se convirtió en su profesión. Vivió en Paris (donde se vinculó con los surrealistas), un tiempo en España y, tras la guerra civil, se trasladó a México y luego a Venezuela. Regresó a la Habana  en el 59, tras la revolución cubana. Tenía 54 años al terminar la obra. En 1992 se estrenó una película cubana con el mismo nombre dirigida por Humberto Solás.
Traductor
Editorial original, ciudad y año (primera edición) Primera edición en México en 1962.
Editorial en castellano, ciudad y año (primera edición y edición leída) Primera Edición en España: Seix Barral, Barcelona, 1965. Edición leída: Planeta Agostini, Barcelona, 1985
Fecha de lectura Marzo-abril de 2014
Nº páginas 365
Dedicatoria del autor A su mujer: “Para Lilia, mi esposa”
Cita de la primera página Las palabras no caen en el vacío (Zohar)
Curiosidades del libro Carpentier terminó el libro en el 58 pero se publicó 4 años después porque quería hacerle “retoques”. El cruce de culturas que está presente en el texto es quizá un reflejo de su propio mestizaje cultural.
Importancia del libro en la obra del autor Es la obra más conocida del autor y uno de los textos pioneros de “lo real maravilloso” que se inició con otra obra de Carpentier: El reino de este mundo de 1949.
Referencias (sucesos históricos, música, libros y autores, cine, curiosidades…). En 1959 se produce en Cuba la Revolución que termina con el derrocamiento de Batista y el ascenso de Fidel Castro. Francia detona su primera bomba nuclear de prueba en el Sahara argelino. Togo se independiza de Francia y seguidamente lo hacen también la República de Malgache, Costa de Marfil, Chad, Gabón y Mauritania. Brasil establece su nueva capital en Brasilia. En Estados Unidos comienza la “Revolución sexual” al autorizarse la venta de la píldora anticonceptiva. El Congo belga se independiza de Bélgica.
Recomendado para edad Ideal para leer por primera vez en la veintena.
Definición edad (tipo, ilustrada, deseada, propia, pasada, etc.). Leer en la época de la universidad, mientras se estudia historia, filosofía, literatura. Es un texto ideal para ampliar los conocimientos formales.
Recomendado para estado de ánimo Recomendado para un otoño-invierno, cuando haya tiempo y ganas de concentrarse en la lectura. No admite distracciones playeras.
Recomendado para medio de locomoción Ideal para un viaje en barco hacia el Caribe. Si no es posible, podemos conformarnos con recorridos largos en tren.
Frase reclamo marketinera (230 caract. c/espacios) Luces y sombras de la Ilustración se narran con audacia en esta novela situada en un cruce permanente  entre ambas orillas del Atlántico. Una historia que nos permite ahondar en los sinsabores de una época plagada de contradicciones.
Así empieza (300/500 caract. c/espacios) Esta noche he visto alzarse la Máquina nuevamente. Era, en la proa, como una puerta abierta sobre el vasto cielo que ya nos traía olores de tierra por sobre un Océano tan sosegado, tan dueño de su ritmo, que la nave, levemente llevada parecía adormecerse en su rumbo, suspendida entre un ayer y un mañana que se trasladaran con nosotros.

 

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