El martes 29 de septiembre vinieron los hipónimos (que no hiperónimos) de Pablo M. Sánchez a presentarnos la traducción que hicieron del libro «Es un oficio de hombres», textos oulipianos recopilados por la edtorial La Uña Rota. A la espera del acta de Dani os dejamos aquí, queridos telespectadores, los textos de los ejercicios oulipianos que hemos hecho, con un claro ganador del premio, por sorteo unánime: Lewis Carlos (a) «Donde pongo el ojo pongo la fecha».

¡Esperamos que os gusten!

Autorretratos oulipianos

Lewis Carlos

Mi oficio consiste en nadar en la corriente de arriba abajo. En nadar lo más rápido posible. Es un oficio de seres humanos. Primero porque cuando estás arriba, el ser humano tiene ganas de llegar abajo, y luego porque cuando hay varios seres humanos juntos, todos quieren bajar más rápido y atropellarse.

Un oficio dentro del ser humano.

Soy una plaqueta.

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Dani

Mi oficio consiste en bajar por las mejillas de arriba abajo. En bajar lo más rápido posible. Es un oficio de líquidos porque cuando está arriba, el líquido tiene ganas de llegar abajo, y luego porque cuando hay concentración de líquidos arriba, todos quieren bajar más rápido que los demás.

Un oficio de líquidos.

Soy una lágrima.

Tuvimos las de María Magdalena, las de las pelis de Hollywood, tuvimos las de los culebrones venezolanos, y ahora estoy yo. Este año voy a ser campeona del mundo y en los próximos Juegos Olímpicos llenaré la piscina de Michael Phelps.

Soy el líquido más equilibrado del cuerpo humano, el más persistente, el más constante, y mi trabajo consiste en generar desequilibrio. Todos los grandes líquidos generan desequilibrio.

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Floritere

Mi oficio consiste en redactar montañas de documentos. En redactar documentos lo más rápido posible. Es un oficio de idiotas. Primero porque cuando empiezas un documento, ya está acabado, y luego porque cuando lo acabas, todos te dicen que lo has hecho mal.

Un oficio humano, dicen.

Soy funcionario.

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Magalí

Mi oficio consiste en triturar la verdad de arriba abajo. En manipular lo más rápido posible. Es un oficio de palabras truncadas. Primero porque cuando está arriba, la palabra tiene ganas de triturar abajo, y luego porque cuando hay varias palabras arriba, todas quieren triturar más rápido que los demás.

Un oficio ficticio.

Soy mentira.

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Mitas

Mi oficio consiste en tirarme en el sofá a la mínima que tengo oportunidad. En tumbarme lo más rápido posible. Es un oficio de hombres. Primero porque cuando está levantado, el hombre tiene ganas de recostarse, y luego porque cuando hay varios hombres levantados, todos quieren hacerse con el único hueco del sofá.

Un oficio humano.

Soy vago.

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Lau

Mi oficio consiste en emocionar a las gradas de arriba abajo. En interpretar lo más sentío posible. Es un oficio de grandes. Primero porque cuando estás ahí arriba, una grande quiere emocionar hasta a los de más abajo, y luego porque cuando hay varias grandes arriba, todas quieren emocionar con más garra que las demás.

Un oficio divino.

Soy folclórica.

Tuvimos a la Jurado, tuvimos a la Pantoja, tuvimos a Conchita Piquer y su baúl, y ahora estoy yo.

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Marrone

Mi oficio consiste en bajar y subir archivos. En bajarlos lo más rápidamente posible. Es un oficio de hackers. Primero porque cuando el archivo está subido, el hacker tiene ganas de descargarlo, y luego porque cuando hay varios archivos, todos quieren descargarlos más rápido que los demás.

Un oficio internauta.

Soy uTorrent.

Tuvimos a Napster, tuvimos a Emule, tuvimos a Megaupload, tuvimos a los coreanos, y ahora estoy yo. Este año volví a ser campeón de descargas del mundo, y en el próximo análisis de Kaspersky estaré en el número 1.

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Lu

Mi oficio consiste en sorprender a los caminantes de arriba abajo. En sorprenderlos lo más rápido posible. Es un oficio contra los hombres. Primero porque cuando alguien tropieza no tiene ganas de caer, y luego porque cuando hay varios mirando, todos quieren que el que tropiece, caiga.

Un oficio inhumano.

Soy el tropiezo.