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Acta de la clase sobre el libro «Es un oficio de hombres» del 29.9.2015 (por Dani)

En esta ocasión el Club de Lectura contó con la visita estelar de Pablo M. Sánchez (al cuadrado) y Mario, editor de “Uña rota”.

La introducción de Mario nos puso al día con la historia de esta editorial que lleva ya dos décadas de actividad y tres colecciones principales: “Los libros inútiles” (libros de pequeño formato que fueron el primer producto de “Uña rota”); “Los libros del apuntador” (textos descatalogados u olvidados pero siempre presentes en la memoria colectiva) y “Los libros robados” (libros curiosos, misceláneas de uno o varios autores). Aunque no lo mencionaron, es posible pasar un buen rato cotilleando su web: http://larota.es

Con la presentación del libro “Oulipo. Es un oficio de hombres” entraron en escena los Pablos –Martín Sánchez y Moíño Sánchez- para contar su experiencia con la obra en concreto y con el movimiento Oulipo en general. Así, nos enteramos de las desventuras de ambos con las múltiples traducciones de los 21 textos y la necesidad de plantearse si respetar las descripciones de los originales, con referencias muy afrancesadas, o adaptarlas a un contexto más local para mejorar la comprensión.

Y hablando del libro, nos comentaron que el origen es el Oulipo (Ouvroir de Littérature Potentielle / Obrador de Literatura Potencial) que se trata de un grupo de escritores y matemáticos que desde los años 60 se han interesado en las posibilidades del lenguaje a través de la creación y el uso de constricciones en la estructura literaria. El primer relato es un texto de Paul Fournel que realiza un “Autorretrato del esquiador” y, a partir de allí, otros oulipeanos repiten la estructura con profesiones tan diversas como: el seductor, el funcionario, el desollador, el filósofo televisivo, el asesino a sueldo y tantas más. Pero, aunque el título del libro postule que el Oulipo es un oficio de hombre, no faltan los autorretratos de una peonza, del hormiguero o de la raíz cuadrada de 2. La portada del dibujante madrileño Daniel Portero Galán completa la obra.

Como parte final de la charla, nos cuentan que Pablo –en este caso Martín Sánchez- es desde 2014 miembro del movimiento Oulipo, al que también pertenecieron autores como Queneau, Perec, Duchamp y Calvino. Junto al argentino Eduardo Berti, son los dos únicos oulipianos de la historia de habla castellana (nunca sabremos bien el por qué, pero en su momento Cortázar desecho la invitación a sumarse al grupo).

Para poner en práctica las constricciones del movimiento, nos pusimos manos a la obra con autorretratos de lo que se nos ocurriera. Y no será por falta de imaginación porque surgieron relatos para todos los gustos: autorretratos de una folklórica, de un funcionario, de un vago, de una lágrima, de una plaqueta y hasta de uTorrent.

Y seguro que habrá más, pero por el momento eso fue todo.

 

 

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