El martes 17 de enero estuvo en La Necropia Pablo Martín Sánchez presentando su última novela, Tuyo es el mañana (Acantilado), donde narra tanto esa especie de Transición que no sabemos muy bien por qué se escribe aún con mayúscula, como las transiciones que sufren los seis personajes a lo largo de las 24 horas que dura la novela en distintos escenarios que gobierna Barcelona.
La estructura se hace visible en el índice, que contiene el nombre de cada personaje y el lugar y la hora en los que se desarrolla la historia. El libro está dividido en seis partes que duran cuatro horas; los seis personajes intervienen en cada parte en breves flashes, cuya duración depende de la escena que se quiera contar.
Estos personajes son seis, un número que permite profundizar lo suficiente en cada uno y, a la vez, construir una visión general. Además, cada una de sus historias está relacionada con las demás y sirve de base para el desarrollo del hilo narrativo. El primer personaje que aparece es Clara, una niña de 11 años que ya hizo acto de presencia en Fricciones (2011, E. D. A. Libros); el segundo, Gerardo, profesor chileno que sufrió la dictadura de Pinochet en uno de sus campos de concentración antes de venir a España; en tercer lugar, Solitario Sexto, un galgo de carreras; en cuarto, Carlota, estudiante de periodismo que está trabajando en un reportaje sobre bebés robados; en quinto, José María, empresario del ladrillo que sufre un intento de secuestro y, por último, María Dolores, madre de José María, un personaje voyeur, puesto que es un cuadro colgado en el salón de su casa. También hay una séptima voz narrativa en segunda persona, que se dirige al feto que nacerá ese día y que está fuera de la estructura básica de la novela.
La coherencia de la estructura se apuntala a través de un sistema triple de constricciones:
-Transversales: que afectan a los personajes a lo largo de toda la novela (la asignación de un signo de puntuación concreto).
-Capitulares: elementos concretos que se repiten en cada capítulo (el número y la posición de las citas). Aquí se encuadran las constricciones semánticas (uso de determinados objetos, por ejemplo).
-Contingentes: a veces se respetan y a veces no.
Esta estructura genera una sensación de desorden condicionado que se trasmite al lector, aunque él no la advierta, y genera un texto equilibrado; también es importante para esto el papel que cumple la investigación previa a la escritura del libro: el autor debe saberlo todo, aunque no lo cuente, y ha de mantener lo verosímil incluso por encima de la verdad, para que el pacto de ficción con el lector se mantenga siempre activo.