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¡Exitazo del II Concurso «Un texto de película»!

¡Exitazo del II Concurso «Un texto de película»! Celebrado el sábado 16 de noviembre de 2017 en la Cueva Necropia, aquí están los participantes y el puntaje obtenido en democrática votación cien por cien manipulada con un suspense digno de una peli de Alfred Hiitckook narrada por Stephen King. Gracias a Ale por su impecable asistencia ejecutiva. Debajo van todos los relatos.

¡Gracias a todxs!

Pablo (narrado por Vladimir Nabokov).

  1. Alex (21 puntos)

Película: Titanic.

Narrador: alter ego (porque yo lo valgo).

  1. Almu (15 puntos)

Película: Blancanieves.

Narradora: una niña víctima también de la violencia de género que sufre su madre.

  1. Caetana (12 puntos)

Peliícula: Harry Potter y La piedra filosofal.

Narrador: Yoda (Star Wars). 

  1. Mar (10 puntos)

Peliícula: Buscando a Nemo.

Narrador: la típica mujer casada con un hombre de dinero, cuyo único hobbie en la vida es despreciar todo lo que la rodea. 

  1. Maiquel (9 puntos)

Libro: Tiempo de silencio.

Narrador: Antonio Ferres. 

  1. Eric (8 puntos)

Película: Annie Hall.

Narrador: un tipo hipocondríaco o, al menos aprensivo, en eso nos parecemos, también en lo de pseudointelectual y obsesionado con el sexo. En lo que no nos parecemos es en las influencias (él es un infame freudiano, con perdón), la edad (bastante más mayor que yo), la lengua (en su caso inglés, en el mío de trapo). Además es un tipo de izquierdas y elitista, como tantos otros intelectuales de izquierda. Tiene su gracia, aunque a veces, sobre todo en los últimos tiempos, podría acabar siendo demasiado consciente de ello. Blanco y en botella. Horchata. 

  1. Manuel (4 puntos)

Película: Dogville.

Marrador: uno de los miles de directores de compañías de teatro que han abusado y acosado de actrices. 

  1. Jorge (3 puntos)

Película: 2001: Una odisea en el espacio.

Narrador: un jugador de fútbol en declaraciones a pie de campo después del partido.

  1. Adri (3 puntos)

Película: La Naranja Mecánica.

Narradora: una señora.

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Alex

Un pipiolo de muy buen ver, ufano y humilde a un mismo tiempo, pero en cualquier caso más pobre que una rata desahuciada, ganó, jugando al cinquillo, para sí y para su insignificante amigo (del que poco oiremos hablar en adelante), un par de pasajes que les permitirían embarcar en el más grande crucero hasta la fecha construido.

Del nombre del barco en cuestión no se acuerda ya nadie, pero sí de las numerosas actividades que en él podían realizarse: aquagym, body-fitness, squash, pelota vasca, masajes a dos, tres y cuatro manos, y un sinfín de otras muchas vainas de índole erótico-festiva.

Lo primero que hizo el hermoso Romeo al subir, y esto es algo que deberíamos hacer todos, y que de hecho hacemos, fue dirigirse al buffet libre para atiborrarse cual inglés en la Costa Blanca. Allí, con una loncha de tocino entre los dientes, estaba ella, la apuesta Julieta, que lo miraba con una mezcla de picardía y estrabismo la mar de seductora (y este efecto se veía incrementado por el hecho de hallarse ambos en la mar).

Quizá lo más irrelevante sea que sus verdaderos nombres no eran esos, sino unos mucho más feos y hollywoodienses, pero en lo que sí habríamos de centrarnos es en el dulce y efímero romance que entre ellos se originó.

Julieta pertenecía a una familia distinguida, mientras que la de Romeo era algo borrosa y difícil de visualizar. Ella poseía orígenes de rancio abolengo, y los de él eran aún comestibles. Mas nada de esto impidió que se lo montaran como salvajes dentro de un coche que no les pertenecía, pero que habían alquilado por espacio de media hora. Tras el polvazo se enamoraron por completo, como es lógico.

Julieta tenía, y esto es relativamente importante, un prometido al que detestaba, no porque fuera rico, guapo o educado, sino porque se empeñaba en ponerse rímel. Romeo, por su parte, no tenía más que a ese amigo que a nadie debe importar (de verdad, no desperdiciéis un segundo con este tipejo). Los dos se amaban como nunca antes se ha amado o se amará ninguna otra pareja, y esto es lo único importante.

En fin, que todo marchaba como la seda, pero como todo lo que es bello, grácil y delicado, se extinguió de forma abrupta y cruel…

El monstruoso barco acarició, de broma, a un pequeño y juguetón iceberg, y éste, que ese día no estaba de humor, le rajó al otro la panza. Todos estaremos de acuerdo en que se excedió un poco; sin embargo, ¿quién no ha tenido un mal día?

El agua comenzó a entrar vertiginosamente por la abertura, y los pasajeros entraron en pánico. Los hubo que gritaron, corrieron y empujaron para salvar la vida, y los hubo que asumieron su destino con entereza.

Antes de que el barco se hundiera, unos cuantos afortunados lograron montar en los botes salvavidas y escapar: las mujeres y los niños más adinerados, y el tío del rímel.

El resto de las personas murieron, o bien ahogadas, o bien espachurradas, y este es el caso del tipejo sin nombre, que se obcecó en huir en línea recta de una de las chimeneas del barco que se le venía encima, a una velocidad aproximada de 5 cm/h.

Entretanto, Romeo y Julieta se habían agenciado una firme y espaciosa tabla de madera, despojo inevitable del proceso de hundimiento (no se podría decir a qué parte del barco pertenecía, aunque sin duda les vino que ni pintada).

Julieta, inteligentemente, se colocó sobre la tabla. Romeo, sin embargo, y esto es algo que lleva atormentando a las mentes más brillantes de nuestro planeta durante años, prefirió apoyar sólo sus brazos y cabeza sobre la tabla, mientras dejaba el resto del cuerpo sumergido en el agua helada. Por supuesto, murió.

Existen teorías que afirman que este extraño comportamiento pudo estar motivado por la presión social y un “feminismo” mal entendido. Otras, a las que se puede dar mayor fundamento, simplemente postulan que Romeo pudo ser ligeramente lerdo.

 

Almu

Hola, buenas noches, emergencias, dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

Medianoche y Madrid ya duerme. Viernes y la M-30 aún recibe a los coches que mantienen en pie a la sociedad española actual. Ocho horas laborales remuneradas, altos niveles de contaminación y el Parque del Retiro, castañas asadas en invierno, San Juan en verano y escapar de la metrópoli a la que poner los cuernos durante los meses estivales para después volver a entregarse con la ferocidad de un matrimonio primerizo.

Ella piensa en eso. No está escuchando mucho en realidad. Silencio y una respiración entrecortada. Parece una niña, una vocecita casi inaudible. Palabras en forma de susurros.

¿Hola? ¿Hola? ¿Hay alguien hay? ¿Ocurre algo?

Mamá, es mamá… No está bien… Está como dormida en el suelo, no consigo despertarla… Estoy muy asustada, no sé qué pasa, es como esa película… Mi película favorita de la tele, ella también duerme y tienen que despertarla pero mi padre está muy enfadado, ha gritado mucho y mi madre me ha llevado a la habitación. Me ha dicho que hoy mi padre estaba muy gruñón y que ella se encargaba de todo… Pero no sé, no se despierta, está rodeada de manzanas, se han caído todas y luego va a tener que recogerlas. Papá nunca ayuda en casa, dice que eso es “de mujeres” y mamá le chilla mucho porque dice que vivir con él es como aguantar a siete hombres distintos viviendo bajo el mismo techo, siendo la sirvienta de todos ellos…

Lloros e hipos entrecortados que paralizan la línea.

Está bien, pequeña, no te preocupes, todo va a salir bien pero tienes que decirme la dirección, ¿vale? Y para tranquilizarte, quiero que vayas respondiendo a mis preguntas. ¿Cuánto tiempo lleva tu madre inconsciente? ¿Me escuchas? ¿Eh? ¿Y tu padre? ¿Sigue en la casa? ¿Hola? ¿Sigues ahí, pequeña?

Mi padre me está buscando, está jugando a ser el cazador… Tengo mucho miedo… Mi madre sigue sin despertarse, el suelo está lleno de algo rojo muy líquido, la alfombra nevada está muy fea así… No me gusta. Ya no se querían, él se había ido pero ha vuelto hoy y mi madre no se despierta… No se mueve, no hace nada… Han discutido y él la ha…

Cariño, cálmate, ¿vale? Dime cómo se llama tu mamá…

Mi mamá se llama Blanca… Se llama Blanca…

 

Caetana

Destinado me han para a este nuevo mundo enseñar en la sabiduría de un maestro. La Fuerza débil en la zona es. Para comprender a estas humanas criaturas, recopilando largometrajes me hallo. Los realistas basura son. No obstante, la magia similar a La Fuerza es, y la fantasía atrapado me ha.

La más interesante la primera que vi es.

Farolas apagadas de lejos gracias a instrumento de un sabio, pero la oscuridad de pronto predomina. Wookie en moto y criatura que se transforma de presencia hacen acto. El wookie un pequeño humano en una manta trae. En la puerta de un hogar lo dejan y la cicatriz apreciar se puede.

Salto temporal ocurre, y la familia conocemos. Odiosos y repugnantes sus miembros resultan, simples sospecho que son. Escena con criatura serpenteante ocurre y extraña la desaparición del cristal es. Entonces las cartas a llegar comienzan y jejeje, estúpidas criaturas estresado se han y a cabaña del lago huido han. El gigante wookie rápido les encuentra y al niño una tarta escrita mal le regala. De compras van, y un universo oculto se nos presenta.

La dominación de la Magia similar es al entrenamiento en la Fuerza. En aprender a guiarse por los caminos de la luz consisten. Eso el creador de instrumentos alargados habría de explicar, en vez de poder y grandiosidad. Viejo chalado, jejeje.

En la estación ferroviaria, el niño descomponerse ha de, y cruzar así la sólida barrera. Mujer ayuda le proporciona y esta familia agradable resulta. Graciosos los gemelos me parecen, jejejeje. Infante en tren hasta escuela viaja y a más humanos de sus años encuentra, por su color de pelo y conocimientos se caracterizan. Elegido en la casa de los valientes resulta, mientras que el repeinado rubio en la casa del lado oscuro termina.

Entrenamiento mágico a producirse comienza, e instructores que visto ya hemos, a aparecer vuelven. En el aprendizaje el joven padawan sobresaliente no resulta, aunque a volar sí aprende, y callarle la boca al niño de verde consigue, jejejeje. Odioso un maestro se muestra sin justificación, pero el Wookie de forma adorable con los alumnos actúa.

Travesuras comete y a un castigo son expuestos sus compañeros y él. El bosque tenebroso, que como castigo impuesto es, pie da a sucesos oscuros y, juntos, tenebrosos descubrimientos hacen, que a incumplir las estúpidas normas les lleva. Estúpidas, sabio loco, jejejeje.

Por la razón correcta, actuar deciden. Orgulloso de los pequeños me siento. Escenas se suceden en las que alcanzar pretenden al perturbador elemento en el lado luminoso de la Magia. Pruebas que superar deben colaborando entre los tres. Enfrentamiento final se produce y capacidades mágicas de pronto tiene el pequeño padawan en las manos hasta que al enemigo deshace. Desesperación termina con el hombre que sorprendente es, del odioso maestro no se trata.

El bien vence. Menos no esperaba.

Aunque siete películas aún me faltan, jejejeje. Por ahora, sabiduría relacionada con terráqueos he obtenido, pero temo perturbaciones en el alma del joven de la cicatriz, similar a la que a este mundo corrompe.

 

Mar

Qué día más duro, qué cansado es tener que aguantar las milongas de semejante paleta. Apuesto lo que sea a que no sabe nada de la amistad especial que mantengo con su marido, seguramente se piense que el mío ascendió por méritos propios, pobre ilusa. En fin, volvamos a casa, demasiada tontería por hoy.

La verdad es que no estaría nada mal sentarse a ver una película ahora, descansaría la mente y a mi cuerpo le sentaría de maravilla…Vamos a ver qué echan hoy por la tele. Uy, otra vez está puesto el canal infantil. Dios mío en qué momento decidí tener hijos, no saben más que incordiar, menos mal que tengo dinero para pagar a una niñera. Pero bueno, tendré que conformarme con lo que sea que emitan, no me apetece nada buscar el mando.

Pues parece que la película está protagonizada por peces que hablan. Yo no sé a estos guionistas que les pasa por la cabeza, así estaba el otro día el pequeño tratando de hablar con el perro, si es que trastornan a los críos y luego dicen que la culpa es de los padres. Encima la película empieza con que al niño pez se le muere la madre y sus mil hermanos, o yo no sé cuántos huevos había en esa cueva, pero menos mal que el padre sólo se queda con uno, porque encima es tan despistado que se lo roban, llega a tener a todos y acaba en la prisión por negligencia parental.

No solo eso, el culmen de todo es que se busca como ayudante de rescate a una hembra pez sin memoria. Lo que pasa es que estos ilustrísimos creadores tenían que hacer realidad aquella majadería de “memoria pez” para sentirse originales. El caso es que los dos protagonistas comienzan su aventura, por ahí, en medio del océano y van preguntando a cualquiera que se encuentran por el dichoso pececillo. Pero vamos a ver, es que se piensan que todo el mundo está pendiente del maldito crío, pues no, el resto de peces también tendrán sus problemas. Además yo no me preocuparía, si el niño está feliz en el acuario de un dentista con un grupo de peces muy agradable y una estrella de mar súper graciosa.

La búsqueda prosigue y en el camino se encuentran tiburones vegetarianos (ya veis, la moda del veganismo ha llegado al fondo de los mares), tortugas, medusas, ballenas que no saben hablar y todo tipo de bichos. Por su lado, el niño este intenta escapar haciéndose el muerto para que le tiren al wáter, con tan mala suerte de que el padre llega justo a la consulta del dentista cuando se dispone a interpretar su gran papel de cadáver. Lo que le faltaba ya al hombre, se le muere la mujer, los mil hijos, el niño perdido y encima se queda solo en el mundo con una incompetente sin memoria, maravilloso.

Al final los asombrosos guionistas lo solucionan tirando al pez al wáter justo como él quería, devolviéndolo de nuevo al mar por las cañerías (que asco) y reuniéndolo con la pez amnésica, quien de repente recuerda todo (por la mano de la gracia divina, debe ser) y le guía hasta su padre para que la peli de niños tenga un final feliz.

Pues tampoco ha sido para tanto, lo que yo decía, un mata neuronas infantiles.

 

Maiquel

—Es un librazo. Yo me acuerdo perfectamente. Me decían: pse, bueno, no sé. Y yo: no no no, que este tío es un genio. Yo creo que de mi generación era el más brillante. El tío era un genio. Esa novela es imprescindible, pero claro, uno tiene que leer también sus otras publicaciones, las científicas. Es imprescindible, el título era algo así como …

—Deje hablar a los muchachos, un poco.

—Sí, a ver. Sí, dime… Ah ya sé, el título. Bueno, da igual. Porque al final lo que cuenta es el libro este del que os estaba hablando. Un joven médico investigador, Pedro, que se mete en un lío. El Madrid de los 40. No era fácil esa época. Yo me acuerdo que había Hambre. Pero no lo de ahora de hambre porque son las 3 y no has comido, sino Hambre. Pues el tipo este va y por tratar de tirar para adelante con su investigación, va a ver a uno que tiene unos ratones y acaba haciendo de abortista que, en aquella época, era terrible. No tenéis ni idea de lo que era aquello. Yo me tuve que ir, y a mi vuelta o eras socialista o vuelta al hambre. Total, que en este país no cambia nunca nada.

Qué pena que nuestro amigo se muriera. El autor, no el prota, porque era un genio. Yo sé por qué murió, y no es exactamente cómo cuentan.

—Antonio, deje hablar a los muchachos.

—Bueno, bueno. A ver, siguiente pregunta.

 

Éric

El recuerdo más vivo que tengo de la película es de su rostro, entonces joven, cantando ante las cámaras el viejo Seems like old times. Le costó soltarse pero al final cantó muy bien, estaba hermosa con el pelo cayéndole alrededor de su cara y aquel clavel rojo en la chaqueta. Era evidente para todo el mundo lo que la película representaba y no huí de esa interpretación, pero hubo momentos de irremediable pudor en que era necesario revisarlo todo e inventar algún chiste o anécdota falsa para respirar. La ficción es un salvavidas. De todos modos, la trama es difusa porque es real y eso me ayudó a comprender muchos aspectos de nuestra relación. Con los años me di cuenta de que había una profunda dicotomía inconsciente al fondo de la película, entre él y ella, entre Nueva York y California, entre la isla y el mundo. De todos modos tampoco es una apología de las parejas superficiales idénticas, sólo trata de mostrar el fondo trágico que hay en todas las relaciones personales. Sartre decía que el Infierno son los otros y tenía razón, yo todavía huelo a pollo a la brasa de la última cena familiar. La vida no es más que la suma de lo horrible y lo miserable, y lo que se supone que nos tiene que hacer felices al final es inviable y nadie entiende por qué. Tampoco importan los años que llevemos en terapia o que me digan que ninguna relación va a funcionar hasta que no deje de buscar a mi madre en todas las mujeres con las que me acuesto. Tanto ella como yo nos dimos cuenta de que lo nuestro era imposible a la vuelta de California, y por eso no lloramos ninguno de los dos cuando nos repartimos los libros en mi casa. Como decía Nietzsche, sólo lloran los que no han entendido el chiste.

La cinta comienza con ese chiste tan famoso que no volveré a repetir, y simplemente es la historia de dos adultos que se conocen después de jugar al tenis con unos amigos comunes. La escena de la azotea es graciosa y salgo favorecido, me sienta bien el blanco, aunque el público no lo pilló del todo y se quedó sólo con las langostas y las arañas gigantes, curiosa fijación por los invertebrados. La entomología estaba ganando fuerza en los setenta, eso explica muchas de las películas malas de terror que ponen a las tres de la tarde en los cines de Brooklyn. Después se van a vivir juntos y los problemas comienzan en la cama. Para él, el sexo era la manera de descargar su agresividad y nunca era suficiente, pero para ella acabó siendo una tarea más. Eso es real, aunque no tanto como parece: en realidad ella no necesitaba ir cargada para hacer el amor ni hacerlo con él era una experiencia kafkiana, como dice la periodista de la Rolling Stone —evidentemente un personaje ficticio, nunca podría estar con una persona que vacía su craneo para que resuenen mejor los gemidos de Bob Dylan. El sexo es recurrente en la película como en la vida, aunque no salgo desnudo en ninguna escena, lo cual fue muy aplaudido por la crítica. Los protagonistas se separan y él conoce a una universitaria pálida en un concurso de talentos. Luego pasa lo de la araña. Eso tampoco es exacto, no era una araña sino un escarabajo, pero había que darle dramatismo y por eso tiene dos patas más. Finalmente, después de la fiesta de California, donde Paul Simon hace un gran cameo representando cómo el calor de la Costa Oeste derrite toda la materia gris, se separan definitivamente. Ella se vuelve a California y él se queda en Nueva York escribiendo una obra de teatro con la que sublimar su frustración amorosa. Tiempo después ella regresa a Nueva York y él se la encuentra llevando a su actual pareja a ver el documental de cuatro horas sobre el nazismo al que él la había arrastrado tantas veces. El final es de los mejores que he hecho, con el plano fijo desde la cafetería y nosotros dos despidiéndonos mientras cuento en off el chiste del hombre que tiene un hermano que se cree gallina y le dice al doctor que no lo puede llevar al manicomio porque necesita los huevos.

 

Manuel

Los hechos que voy a narrar marcaron el devenir de una noche. Salía de dirigir otro desastroso ensayo de mi compañía de teatro. A mis pies, como caído del cielo, un disco sin ningún tipo de identificación. Lo rescaté y lo guardé. No era capaz de pensar nada con claridad. Es lo que tiene contratar a artistas mediocres.

Aunque el buzón estaba lleno no cogí mi correspondencia, sabía que serían facturas sin pagar. Llegué a casa, colgué el abrigo y me dejé caer en el sillón a ver si se me bajaba la inflamación que asolaba mis meninges.

Como si de un balazo se tratara llegó a mi mente el recuerdo del disco que había recogido del suelo. Lo saqué del bolsillo derecho de mi gabardina y, dudando sobre a qué medio dirigirme primero, opté por introducirlo en el DVD. Resultó un acierto. Se trataba de una película.

Carecía de todo tipo de escenario. Actores de verdad. Personajes. Los espacios se encontraban encajonados entre estáticas líneas blancas. Todo estaba ahí. Olía a pueblo estadounidense y se podía palpar el silencio.

Una bella mujer era el centro de gravedad del filme. Todos los personajes permutaban en torno suya como un viejo tiovivo. La velocidad de giro cada vez era mayor y, por ende, la violencia también. Era ultrajada, vapuleada y humillada. Pero a los habitantes del pueblo les faltó tener en cuenta la simiente de Caín: la venganza.

Infravalorar el poder del sexo femenino resultó su perdición. Uno a uno fueron cayendo como peones solitarios. A todo ello se le sumó fuego y un toque de destrucción. Lo impresionante fue sentir cómo todo quedaba apresado tras las mismas marcas blancas que bañaban el suelo de aquel pueblo.

Al acabar decidí rastrear información sobre el director de la película y me pude ver reflejado en sus gafas. Sentí que mi cara tenía el mismo toque grasiento y comenzaba a sudar. Sin duda la había violado y sentí el miedo a la venganza. A pesar de ello decidí recostarme y cerrar los ojos. No dejaba de ser una pésima actriz en busca de una oportunidad.

(Dedicada a todas las valientes que han sufrido acoso y abuso en el mundo del arte).

 

Jorge

P: Bueno, pues aquí estamos la estrella del encuentro, ¿contento con la victoria?

R: Bueno, mucho, ¿no? Estamos muy contentos con esta victoria. La verdad que yo estoy muy orgulloso de todo el equipo, sabíamos que el reto no era nada sencillo. Citas como la de hoy son las que te consagran en esto y no puedo más que estar orgulloso. Hemos sacado adelante un reto muy difícil, ¿no?

P: Igualmente, un rival complicado, ¿verdad? Aunque con este director ya se sabe.

R: Bueno, sí, ¿no? Es un director que venía haciéndolo muy bien, pero sabíamos que aquí había dado un salto de calidad, ¿no? Desde el principio la música de Strauss, esas imágenes poderosas del espacio exterior… y luego va y te suelta lo de los monos y el monolito negro, ¿no? Era casi imposible de entender la peli y eso dice mucho del rival, ¿no? Apenas había diálogo, secuencias psicodélicas, 142 minutos… ha sido muy difícil acabarla. Nada, un rival valiente y complicado, así que nada, felicitarle.

P: Gran victoria, pero hoy la estrella has sido tú, el capitán.

R: Bueno, contento con mi rendimiento hoy, ¿no? He pillado lo del tema evolucionista, que el superordenador de la nave la iba a liar… te vas satisfecho, ¿no? Pero lo importante es el colectivo… Yo trabajo cada día en aportar. Revelar cuanto antes quién es el asesino, si los enamorados acaban juntos, cuándo viene el susto bueno… Se ha dicho que estaba bajo de forma, ¿no? que ya no encontraba ningún sentido freudiano oculto en las cintas… Bueno, yo sabía que volvería a mí nivel, como hoy he demostrado.

P: Parece que la buena racha no para.

R: Bueno, por suerte pudimos encontrar las claves, ¿no? y superar el encuentro con éxito. Muy felices, son tres puntos, pero hay que seguir trabajando… Esto es muy largo y ya pensando en la semana que viene. Nos enfrentamos a la siguiente peli del mismo director, la de los chavales estos que van de blanco, dan palizas y beben leche. Tienen al tío de las pestañas largas, que viene dando guerra. Luego está su sello de la música clásica, de Beethoven en este caso… Esto sigue y el que se despista se queda fuera, ¿no?

 

Adri

Ay, madre, la peli que vi ayer… Unos amigotes ahí de noche, bebiendo. Y claro, como tomaban leche, yo pensaba que se iban a ir a dormir o algo. Pero no, ¡resulta que acaban y se van a la calle y van y pegan una paliza a un vagabundo!

Luego salvan a una chiquilla de un grupo que la iba a violar, así que bueno, digo yo, serán los buenos. Igual el viejo era el malo. Pero es que luego van a otra casa y hala, venga, a pegar al marido y a violar a la chica. ¡Pero que le rompen la ropa y todo! ¡Y cómo conducían! Así se conduce ahora, te lo digo yo, ¡qué peligro! Vamos, en la vida me subo yo a ese coche. Ay, eso sí, la casa era…

Cuando el muchacho se va a casa, con esos ojazos azules, ¡resulta que es un niño! Con sus papás vive. Pero vamos, que les habla… Bueno, escucho yo eso en casa y no hay piso para correr ni nada. Entre que no va al cole y cómo habla… ¡Ah! Y encima tiene una serpiente, mira, qué mal rato pasé, pegué un grito… Para coger la serpiente y envenenarle con ella. Menos mal que sale poco. Aunque para lo que ves luego… Que se lleva a dos chicas a casa y tienes igual cinco minutos de los tres ahí, dale que te pego. No sé, igual como era de noche me puse una peli de estas guarrillas sin saberlo.

Al rato va y se pega él con los amigos, que si los tira al agua y que si manda él y que si no sé qué. ¡Pues vaya lo que les ha durado el ser amigos! Y se cuelan otra vez en una casa, bueno, sólo entra el chico y se pega con la dueña y la mata. ¿Pero sabes con qué? Con… ostras, es que. Qué fuerte. Con una… ¡con una polla de porcelana! Enorme. Uy, me llegan a poner una así a mí hace años… ¡madre mía! Le dejaba yo muerto a él.

Total, que el chiquillo se va a la cárcel, normal, claro, a ver cómo le dices al juez que eso era un juguetito y que la mataste sin querer, y se empieza a portar bien para salir pronto. Y unos médicos muy vanguardistas le quieren reformar y hacer un experimento con él y se lo llevan a su clínica. Y lo de la clínica ya…

Le agarran los ojos como con pinzas y le empiezan a poner pelis con música. Las pelis van de muertos, pero él se queja de la música. O sea, le ponen cosas así de violentas y se pone tiquismiquis con lo que suena. Encima que lo hacen por él. Al final sale y está curado, la gente ve que no es un psicópata loco y le dejan suelto. Esa gentuza en realidad no se cura nunca, pero bueno.

Ya en la calle sus padres no le quieren en casa, sus amigos le pegan… Hasta los mendigos van a por él. Me dio una penita, ahí andando, llorando y con esos ojazos… Al final se tira por una ventana, el loco. ¡Pero sobrevive! Mala hierba…

En el hospital se cura y va el ministro del Gobierno a pedirle perdón por todo lo que ha pasado, que ellos sólo querían ayudarle. Y el buenazo les dice que vale, ¡que vale! Chico, que casi te matas por su culpa. En fin. Y de repente sale él acostándose con una chica y se acaba. No sé, no sé, mira, no la veas. Eso que te ahorras.

 

 

 

 

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