Eventos/Históricos

Siempre nos quedará Urueña (por Urueña’s necropi@s)

A pesar del frío y el viento, nuestro grupo de héroes literarios se adentra en las calles de Urueña y con la ayuda de los locales consigue provisiones. Más tarde arrasan en las librerías y vuelven a la casa, tomada por Cortázar, encienden una hoguera con la ayuda de Jack London y de los valientes que se aventuran a pedirle leña al vecino ebrio que vive enfrente. Se escucha el crepitar del fuego, el rasgueo de las cuerdas de la guitarra y el hervir del agua para los macarrones. Después de una noche nadie quiere irse, pero la vida real y el humo de la ciudad llama. La expedición se despide, se monta en los coches y, con Borges en el bolsillo, sale a la llanura

CUESTIONARIO URUEÑA DE LA NECROPIA (27 y 28 de octubre de 2018)

¿Con qué 3 personas tuve más afinidad y por qué?

Sarita: Sandra, Pablo, Mar, Carlos, Antonio y Mariona. (Todas están en el top3.) Porque ya las conocía.

Mariona: Con Sandra, Pablito y Carlos, porque tuve conversaciones muy interesantes con ellos y porque creo que tenemos un sentido del humor parecido, o al menos me reí mucho a su lado.

Ale: Con Mar, Ducay y Antonio. Los más aplacadores. Cuando me quise dar cuenta, estaba a solas con Mar, paseando y hablando de nuestras vidas; en otro momento estaba haciendo planes con Ducay y con Antonio siendo cómplices incipientes.

Ducay: Con Ale, porque vamos a arreglar el mundo a golpe de feminismo y ya me ha dicho que le caigo muy bien, lo cual ayuda; con Sandra, porque durante el poquito tiempo que estuvimos juntas pude ver que somos iguales en muchas cosas (y cómo no tener afinidad con la novia de Nietzsche); y con Matías, porque a pesar de ser Matías lo dio todo en el Trivial y sin él (y sin cambiar las normas en la última partida) no habríamos ganado nunca.

Maiquel: Antonio: el roce hace el cariño.

Sara: cómo toca la guitarra la joía.

Conmigo mismo: no soy capaz de ser mi propia huída.

Pablo: Con Sara, Mar y Sandrita. Porque fueron mis estupendas compañeras de coche y eso siempre une mucho. Además, a Sara y Mar las conocía desde el primer día que entré al taller.

Sandrita: Con Sarita, Pablo y Carlos. Sarita porque hay una comprensión mística, Carlos porque es mi hermano y Pablo porque [texto ilegible en el original].

Paula: Un sentimiento de unidad nos acompañó a todos durante todo el viaje, a pesar de nuestras diferencias de edad, trasfondo personal o intereses profesionales; pues hay algo que nos une con fuerza: nuestro amor por la lectura. Es cierto que hay personas con las que tienes más afinidad. En mi caso, las dos más evidentes son Julia y Paula. A las dos las conozco desde el año pasado, y he hablado mucho con ellas y compartido multitud de experiencias.

Mar: Con mis compañeros de coche, redirigieron mi gusto musical con creces. También con Ale, un book de fotos, descubrir las murallas de Urueña y hablar del horóscopo une mucho.

Pablo I y V: Con Matías porque tras su máscara de colegiado de corbata ancha y chaleco gris esconde un filósofo de los de verdad; con Mariona porque debajo de sus zapatos de marca hay unas zapatillas embarradas de jugar con la vida como si fuera la infancia; con Ducay porque lo que mira por la ventanilla del coche espero yo verlo algún día por el ventanuco del alma; con Ale porque la conozco hace dos segundos y pasaron tan rápido que parecen dos años; con Antonio porque es fiel a sí mismo a pesar de que lo tironeen de todos lados; con Eric porque, como Del Bosque con Busquets si tuviera 20 años quisiera ser como él (como Busquets, se entiende); con Maiquel porque no desentonó a pesar de su avanzada edad; con Julia porque a través del color de sus ojos algún día podré ver lo que observa Ducay por la ventanilla del coche; con Paula porque su voz melódica me marea pero siempre tiene alguna puntualización que me devuelve a la realidad; con Pablito porque es un pozo de dudas y de bondad; con Mar porque cada vez que se ríe a boca llena me hace pensar si se está riendo de mi chiste –por llamarlo así– o de mí; con Sandrita porque sus comentarios lapidarios hace que me sienta un poco menos malvado; con Sarita porque a su lado me siento un aplacador más; (con Almu porque cuando me vio después de Urueña me dijo “me equivoqué: tendría que haber vuelto un día antes para irme con vosotros”).

¿Qué persona me sorprendió más gratamente?

Sarita: Mar, porque esa conversación (monólogo propio más bien) en el coche no pudo ser mejor; y Pablo, porque me chocó los cinco mientras conducía.

Mariona: Sarita, por el bagaje cultural que tiene a su edad y porque sabe muchísimo de poesía (y de todo en general).

Ale: Paula (peque). Es divertidísima y no esperaba reírme tanto con ella. La noche del sábado estuvimos planeando qué haríamos en caso de invasión alien.

Ducay: Antonio (especialmente cuando volvió de salir a fumar cargado de leña).

Maiquel: Antonio. Esta pregunta sobra.

Pablo: Antonio. Y creo que no me equivoco cuando pienso que fue un descubrimiento para todos. El tío es un partidazo, profe de instituto, cocina bien, recoge leña, enciende fuegos…y con un temperamento excelente. Chapeau.

Sandrita: Ducay.

Paula: Todos los demás, desconocidos hasta el momento, fueron una grata sorpresa. Por ejemplo, con Ale estuvimos hablando de feminismo. (Además, se rio con una broma muy mala que hice, lo cual me llenó de felicidad).

Mar: Sara, no todo el mundo a nuestra edad puede decir que ha dado clases de batería. Además fue un placer escuchar cómo ha hecho frente a estúpidas normas sociales que nos ahogan. Es una persona que enseña con el ejemplo.

Pablo I y V: Cada una de las personas descritas en la anterior pregunta por todo lo contrario a lo explicitado.

¿A quién me hubiera gustado conocer un poquito más en profundidad y sin duda lo haré a partir de ahora y por qué?

Sarita: –

Mariona: A Carlos, porque me pareció una persona interesantísima y noble y me inspiró mucho personal y profesionalmente.

Ale: A Antonio. Me da mucha tranquilidad. Estoy a tope con Antonio

Ducay: A Mar, porque me gusta que se saque teorías de psicología de la nada.

Maiquel: Ducay parece que esconde algo. No sé qué es.

Pablo: Paula Ducay. Somos compañeros de Facultad y estudia Filosofía. Creo que el interés es evidente.

Sandrita: Ducay, porque me inspira confianza su potencial increpador.

Paula: voy a hacer trampa, y decir que me gustaría conocerlos a todos en más profundidad. Por cursi que suene, es la verdad.

Mar: Pues lo cierto es que prefiero no mencionar a nadie en concreto, que el fluir de los talleres futuros sea quién lo decida.

Pablo I y V: Ningunx de vosotrxs tiene secretos para mí.

¿Qué hubiera pasado si se confirmaba el secuestro de Antonio por el FLU (Frente para la Liberación de Urueña?

Sarita: Hubiéramos intercambiado las zapatillas de Pablo por él.

Mariona: Que no hubiéramos sobrevivido a tal catástrofe: sin coche, sin leña, sin comida, sin fotos para el recuerdo, sin ÉL…

Ale: Que todos hubiéramos muerto. Ah no, que yo formaba parte del FLU. Que hubiéramos tocado a más comida los del FLU.

Ducay: Sin duda, la cúpula del FLU habría muerto a manos de Antonio, quien, cual bruja en el cuento de Hansel y Gretel, los hubiera cebado y luego asado a la hoguera.

Maiquel: No hubiéramos sido capaces de salir de ese pueblo y ahora seríamos más felices.

Pablo: Evidentemente no habríamos sobrevivido sin su ayuda demasiado tiempo, por lo que habríamos tenido que empezar a echar libros a la hoguera para calentarnos, uno por uno.

Sandra:   Habríamos tenido que quemar los doseles de la cama de Pablo para sobrevivir.

Paula: Si Antonio hubiese sido secuestrado por nosotros, el FLU, ten por seguro que ya seríamos un país libre. Pero aquí hay ciertos miembros del partido que son unos cobardes…

Mar: Me quedo con la versión macabra de Ducay

Pablo I y V : Que os hubierais comido los unxs a los otrxs como en Viven.

¿Qué te pareció la recepción del alcalde de Urueña?

Sarita: La recepción de la alcaldesa que nos abrió la casa mil veces mejor.

Mariona: ¿Eso sucedió? Creo que fui a por el pan en ese momento.

Ale: Lo más. Demasiado buena e intensa para ser contada. Es preferible que quede en alto secreto para siempre.

Ducay: Hubiera sido mejor si Mariona y Matías no le hubieran tratado de convencer para que se colegiase.

Maiquel: Escasa.

Pablo: Un hombre curioso aunque un tanto huraño. Sin duda, el discurso de Mar excelente. Y la presentación de Pablo como “el profesor”, simplemente hilarante.

Sandra: La mejor recepción de alcalde que me han hecho en mi vida.

Paula: La recepción del alcalde de Ureña dejó mucho que desear. Se quedó en el plano de las ideas, y en la realidad inteligible ni le vimos el pelo. Con un alcalde idealista, el FLU nunca se hará realidad, tenlo en cuenta.

Mar: Jamás antes Cyrano de Bergerac había sido representada con tanta ausencia. Empezando con el alcalde, que no se presentó para interpretar a Roxana, lo que dio lugar a que Matías (Christian) y yo (Cyrano) abandonásemos también nuestros roles.

Pablo I y V: No lo se, porque pasamos tan rápido con el coche y la gente gritando tan desesperadamente “Bienvenido Mr. Nacach” que comencé a sacar las manos por la ventanilla del coche para saludar a mis fans (que se chocaron con las manos y con la mirada de Ducay que los atravesó como un rayo).

¿Cuál fue el mejor cuento que leí en Urueña y por qué?

Sarita: El río de Cortázar, por la poesía.

Mariona: Encender una hoguera porque lo empezamos a leer cuatro personas en el sofá, al lado de la chimenea, y la gente se fue uniendo para ser cómplices de la aventura de London.

Ale: Encender una hoguera de Jack London. En realidad lo leyó Sara, yo solo escuché. Pero fue estupendo leerlo frente a la hoguera.

Ducay: ‘Tema del traidor y del héroe’ porque estuvo bien entender a Borges de una vez.

Maiquel: El río.

Pablo: El del pulóver de Cortázar y los doce pisos. Rezuma inteligencia, sensibilidad y humor, como diría Verdú en un prólogo de Nacach.

Sandra: Los cuadros con historias en verso que había colgados donde la mesa del comedor.

Paula: Como cocinera ayudante de Sara y Antonio, no pude escuchar ni uno de los cuentos que leíste. Mientras los ociosos se recreaban, aquí los cocineros estuvimos haciendo la comida. Por suerte, sí que pude presenciar como Sara narraba algunos relatos, lo cual fue un deleite. Mi favorito fue el de Cortázar y el pullover azul. Nada mejor que escuchar como un señor casi se ahoga con su jersey cuando tú llevas la misma prenda del mismo color.

Mar: No se culpe a nadie de Cortázar

Pablo I y V : Escuché todos los cuentos pero estaba tan concentrado en observar vuestros rostros y emociones que no sabría decir cuál, es lo que tiene ser un profe responsable en todo momento

¿Cuál fue la mejor canción que escuché en Urueña y porqué?

Sarita: Las dos de Maiquel, porque nada supera un concierto privado en el jardín.

Mariona: Todas las de Serú Girán, Sui Generis, Los Fabulosos Cadillacs, Soda Stereo & company, porque las cantó a pleno pulmón Pablo en el coche mientras leíamos las letras detrás y porque ahora están todas en mi lista de Spotify sonando en bucle.

Ale: No recuerdo canciones concretas, pero recuerdo que Mariona cantaba increíble.

Ducay: Imposible decirlo, ¡el grupo del karaoke no terminaba ninguna!

Maiquel: «Vengas cuando vengas» de El Kanka, tocada por Sara.

Pablo: Ojalá de Silvio Rodríguez, interpretado a la guitarra clásica por el maestro Maiquel. Temazo que me pone los pelos de punta y nunca había escuchado en vivo y en directo.

Sandra: Ojalá de Silvio Rodríguez. Maiquel hizo una versión estupenda con coros de barítono de Carlos.

Paula: Esa misma noche, también fui a un concierto extraordinario (efectivamente, el viaje dio para mucho). La canción que Julia y Maiquel (copio tu transcripción de su nombre) me puso el vello de punta de pura emoción. Y otra canción que me encantó fue Hija de la Luna, porque la cantamos los tres juntos, siendo una experiencia maravillosa.

Mar: Be Somebody de Juan Zelada y Nina, fue uno de los descubrimientos que tuvieron lugar en el viaje en coche.

Pablo I y V: “Desarma y sangra” de Serú Girán cantada por mí en el coche (¡una más, y no jodemos más!)

¿Cuáles fueron los 3 temas de debate–tertulia más interesantes y porqué?

Sarita: El amor, la vida de Pablo (I y V) y mi libro de Simone Weil.

Mariona: Sobre el amor, sobre las relaciones familiares y sobre poesía, porque son de los grandes temas de la vida que conmueven a las personas.

Ale: El mejor fue el debate sobre feminismo que tuvimos en la sobremesa del domingo (espectacular), el segundo mejor fue el debate sobre el efecto halo, la belleza y cuestiones de clase relacionadas con lo anterior. No recuerdo cuando lo tuvimos. Creo que no participé en más debates, pero no por ello estos dos fueron menos espectaculares.

Ducay: La caca en la zapatilla de Matías, el funcionamiento del microondas y la indecisión sobre si interrumpir o no la actuación de los karaokistas para poner la peli.

Maiquel: Hubo poco debate para mi gusto.

Pablo: La sexualidad femenina desde un punto de vista feminista (viaje de vuelta en el coche con las tres Marías), el concepto de anomia en Durkheim y relación con inmadurez hoy en día (ídem), y la confesión-testimonio de Pablo antes de volvernos. Pelos de punta por lo que me toca.

Sandra: El amor, la caca de Carlos y el golem de Borges a las 2 de la mañana, con todos aprendí a ignorar a Carlos.

Paula: El más interesante fue el que Paula, Julia, Ale, Antonio y yo tuvimos de feminismo. La charla sobre quienes eran aplacadores e incentivadores (sé que no es esta la palabra, pero no la recuerdo) fue muy informativa. Debatir sobre el tema esencial de cuál es el nombre de la hermana de Beckham fue un asunto laborioso. Debido a su importancia, el ambiente era cortante como un cuchillo. Tras un largo diálogo, dimos desgraciadamente una respuesta incorrecta. Pero eso no quita el interés del debate en cuestión.

Mar: Cuestiones de feminismo, la anomia de Durkheim y los procesos de deconstrucción personales que una tiene que hacer para darse cuenta de cuán doblegada está por la sociedad.

Pablo I y V: Cada conversación del grupo, por nimia que fuera, era un debate filosófico digno del mejor Marx contra el mejor Proudhom (en Miseria de la Filosofía y Filosofía de la Miseria, respectivamente), del mejor Nietzsche contra el mejor Schopenhauer (en Schopenhauer como educador y El mundo como voluntad y representación, respectivamente), o del mejor Matías contra el mejor Carlos (en Esta caca huele fatal y El bidet es una duchaque salió para el culo respectivamente).

¿Qué juego de mesa fue el mejor después del TOC?

Sarita: El TOC.

Mariona: No me dejaron jugar a ninguno más, no sé por qué…

Ale: Trivial! Flipé mucho con los conocimientos de Matías, que a pesar de estar torturando a los jugadores de Toc, acertaba todas las preguntas dirigidas a su equipo, hasta las que menos esperábamos.

Ducay: El trivial, obvio.

Maiquel: El timeline triunfó. Pero no tuve ocasión de sacar mi repertorio de juegos de campamento.

Pablo: Sin duda el Trivial ganó con mucho en risas y emoción al TOC. La mera formulación de esta pregunta me ofende. Mención especial a los comentarios pasivo- agresivos de Ducay y de Matías.

Sandra: El trivial conducido por Ducay.

Paula: TOC fue el mejor juego. Mar, Maiquel y yo os derrotamos. Trabajo en equipo y mente estratega. El Trivial fue también divertidísimo, sobre todo cuando se nos unió Maiquel y se sabía respuestas a preguntas aleatorias. Al final les acabamos ganando, fue una remontada espectacular.

Mar: El trivial

Pablo I y V : No existen juegos de mesa que no sean el TOC

¿Qué has sentido en lo más hondo de tu corazón cuando veías que eran casi las 2 de la mañana y un grupo de chavales y chavalas (+ Maiquel) estaban leyendo a Borges en la chimenea o viendo una peli del año 1969 en el cuarto de las peques?

Sarita: Un profundo placer (teniendo en cuenta que a las 3 eran otra vez las 2).

Mariona: Plenitud y tranquilidad: que no hace falta nada más para vivir feliz que unos cuantos libros y buena gente a tu alrededor con quien leerlos.

Ale: En ese momento sentía mucho sueño (la mujer que duerme). Pero también me sentí como en casa, porque la compañía lo es todo.

Ducay: Que hay esperanza para la humanidad.

Maiquel: Esperanza en el futuro. Y agradecimiento por estar ahí.

Pablo: Agradecimiento por tener la oportunidad de compartir algo así con gente de tal calibre intelectual y personal en un mundo y una época en la que a cualquiera al que se lo cuentes, se ríe de ti. Somos afortunados.

Sandra: Tranquilidad.

Paula: A las dos de la mañana estabas ya durmiendo, querido Pablo. La peli se desmanteló a la 1:45. Sin embargo, Juli y yo estuvimos hablando un buen rato (por suerte, no molestamos a Paula y a Mar con nuestra charla). En ese momento yo me sentí profundamente calmada, como si estuviese en el lugar correcto y no pudiese estar en otro sitio.

Mar: Que en esos momentos estaba viviendo una auténtica excepción.

Pablo I y V : Que estaban a punto de desobedecer mis normas de la hora de irse a dormir y que menos mal que mi psicóloga me contestó el whasap a tiempo y pude dormirme soñando con los angelitos.

¿Quién fue la persona más cansina del grupo después de Matías y por qué?

Sarita: Matías jugando al trivial, porque es Matías.

Mariona: Pablo Nacach, porque no alterna demasiado sus anécdotas que ya nos sabemos de memoria. Debería empezar a cambiar de repertorio, no? (con cariño jeje).

Ale: Nadie más.

Ducay: Carlos.

Maiquel: La señora de la librería.

Pablo: Matías, y después Carlos. Sin duda. Matías y Carlos parecían estar en todos los sitios a la vez. Qué despiste de chico. La caca…en fin.

Sandra: Las moscas del comedor.

Paula:

Mar: –

Pablo I y V: Primero, la librera de marras. Y después, un servidor, porque instigué a Matías a que cometiera perjurio, prevaricación y esas cosas para que la gente no dijera que yo mismo había sido el más cansino del grupo. Matías nunca falla.

¿Por qué Matías fue la persona más cansina del grupo?

Sarita: Porque le queremos y le dejamos explayarse.

Mariona: En realidad no taaaaaanto…

Ale: En realidad no fue tan cansino, pero la anécdota de la caca fue demasiado.

Ducay: Porque cuando se juntaba con Carlos era imposible.

Maiquel: Por darle cancha a la señora de la librería.

Pablo: Me remito a mi respuesta anterior.

Sandra: Porque es mi hermano (y yo ya sé que mi hermano es un pesado).

Paula: –

Mar: Porque Pablo lo ha dibujado de tal manera

Pablo I y V: Porque se siente obligado a entretener a la peña y nosotros ya nos entretenemos solos, pero, ¡cómo lo hubiéramos echado de menos a Matías si no venía!

¿Qué anécdota fue la más cansina del viaje (la de Pablo V de España y I de Argentina contando cómo cambió su viaje con la cara de Mariona y no la de Carlos, la de Carlos del microondas de Toyota, etc., etc.) y por qué?

Sarita: He de admitir que la caca de Carlos Matías me hizo mucha gracia.

Mariona: La de una supuesta caca pisada que nadie nunca vio ni olió salvo Matías. Seguro que era una historieta más de las suyas.

Ale: La de la caca del zapato de Matías, llegando a repetirse a la hora de comer. Sobran las palabras.

Ducay: Difícil decisión. La de Pablo se repitió por lo menos 9374678 veces a lo largo del fin de semana, y las disquisiciones sobre Toyota fueron tan intensas que acabaron siendo sobre Sony. Lo dejamos en empate.

Maiquel: La de la caca de Matías.

Pablo: Tengo serias dudas entre las dos candidatas mencionadas. Me permito el lujo de añadir una más: la de la caca de Matías. Que elija el público, que nunca se equivoca.

Sandra: La de la caca, sin duda, ese instinto de repetición freudiano.

Paula: La anécdota del microondas fue muy interesante, te tengo que decir. Esos datos son los que te convierten en una persona de provecho

Mar: Caca

Pablo I y V: La mía del rostro de Mariona en el retrovisor del coche, que tampoco es para tanto (con cariño, jeje).

¿De 9,99 a 10 sobre 10 con qué puntaje calificaría la maravillosa idea del coordinador y su extraordinaria puesta en práctica atendiendo a los más mínimos detalles y velando por la completa felicidad (perdón: normalidad) del grupo?

Sarita: 9.998

Mariona: 10000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

multiplicado por infinito (sin hacer la pelota).

Ale: 38573457934567348947389456 y sigue.

Ducay: 11.

Maiquel: 657480 / 65748

Pablo: Un 11 sobre 10. Buenísimo, Pablo.

Sandra: 1000.

Paula: La nota que le pongo a la idea del coordinador y su extraordinaria puesta en práctica atendiendo a los más mínimos detalles y velando por la completa felicidad (perdón: normalidad) del grupo es de 9,9999 periódico porque la perfección no existe en el mundo fenoménico, sólo en Dios.

Mar: ,∞-∞.=,1-∞.=,∞-0.

Pablo I y V : El 10 para Dios, el 9 para Maradona y Messi, y de ahí para abajo para el resto para los mortales, o sea, 8,999999.

Agrega una pregunta y su respuesta y por qué (ya me parezco a Olga con tantos por qué…).

Sarita: ¿Por qué no me llevé más comida si nadie la quería? Pero en serio nadie quiere más comida?!

Mariona: ¿Por qué crees que debería volverse a repetir esta escapada próximamente? Porque tengo muchas ganas de volver a compartir dos días tan tiernos, íntimos y culturales con estas personas tan extraordinarias.

Ale: ¿Por qué Ducay fue el mejor fichaje del grupo? Porque bajo su máscara de aplacadora se esconde una gran excitadora propensa al bullying, con un gran dominio de esta práctica social.

Ducay: ¿Dónde será la próxima excursión necropia? En El Sur.

Maiquel: ¿Cuándo volvemos? Cuando queráis. Y cuando Antonio pueda

Pablo: “¿Cuál fue el mejor outfit del viaje?” El chándal-pijama de Adidas de Pablo tiene pinta de ser comodísimo. Una pena que al final no tuviéramos que dormir juntos…

Sandra: ¿Cuándo repetimos?

Paula: Mi pregunta es: ¿Cuál fue la mejor comida que degustaste? Mi respuesta (y espero que la de todos) son los macarrones del primer día con cebolla, ajo, champiñones y tomatito. El porqué es evidente, los cocinamos Antonio, Sara y yo en perfecta armonía y con mucho cariño. Y ya sabes el dicho, la comida con amor sabe mejor.

Mar: –

Pablo I y V: ¿Por qué tuve un sueño tan bonito que soñé que nos íbamos con 11 chavales y chavalas y Maiquel a Urueña y lo pasábamos de fábula? Porque casi siempre la vida es sueño pero en ocasiones el sueño es la vida.

¿Qué es Arganzuela (chiste interno coche de Pablo V y I)?

Sarita: ¿Qué es Arganzuela?, dices mientras clavas…(chiste interno metro Lavapiés- Moncloa con bañador incluido).

Mariona: A ver, que soy de fuera…pero ya lo he aprendido: Arganzuela (2º Distrito de Madrid) es un distrito de la ciudad de Madrid, que comprende el territorio al este del río Manzanares e íntegramente dentro del perímetro de la M-30. Limita, al norte y noreste con los distritos de Centro y Retiro; al este y sureste con el de Puente de Vallecas; al sur con el de Usera y al oeste con los de Latina y Carabanchel. Se organiza administrativamente en los barrios de Imperial, Las Acacias, La Chopera, Legazpi, Las Delicias, Palos de Moguer y Atocha.

Ale: Arganzuela era la niña de algo? No lo sé. Estaría durmiendo y/ o pensando en mi perra Duna.

Ducay: Yo estaba en el coche y no me enteré de eso, sería que estaba mirando por la ventana…

Maiquel: Mi nuevo barrio.

Pablo: –

Sandra:   Dices mientras clavas en mi Arganzuela tu Arganzuela azul. ¿Qué es Arganzuela? ¿Y tú me lo preguntas? Arganzuela eres tú.

Paula: No sé qué es Arganzuela, siento decepcionarte 😦 Lo he buscado en Google como buena erudita, y solo sé que es un distrito de Madrid.

Mar: Arganzuela es una realidad tangible, pero a la vez dispersa.

Pablo I y V: Un distrito de Tarragona, perdón, de Reus.

¿Qué fue lo mejor de Urueña y por qué?

Sarita: Todo.

Mariona: En general, estar rodeada de gente tan maravillosa y sencilla con la que poder compartir el placer por la lectura y la música en todo momento, y muchas risas. En concreto, poder escuchar a Michel tocando la guitarra y cantando su repertorio tan exquisito; comer dulce de leche con galletas como si no hubiera mañana; haber tenido apagado el móvil durante dos días; pasar horas al lado de la chimenea encendida; abrirme personalmente con mis compañeros y que ellos se hayan abierto conmigo; conocernos más; visitar cinco librerías en dos días (suena de friki, perdón, estudiosa); leer, leer, leer…

Ale: LA COMPAÑÍA. Es dificilísimo pasarlo tan bien con gente que apenas conoces, que no puedes considerar todavía tus amigos, pero resultó gente tan enormemente afín entre sí que nada podía salir mal.

Ducay: Querer quedarse un día más.

Maiquel: El concepto.

Pablo: El equilibro que hubo en cuanto a organización, mezcla de carácteres, vidas y trayectorias personales variopintas, opciones de ocio (todas ellas igualmente sanas)… Grupazo en general y la suerte de que salió todo como la seda.

Sandra: Las conversaciones intensas en el coche bajo la batuta de Sarita.

Paula: Lo mejor de Urueña fue la sensación de estar en el lugar correcto, sentir que no debería estar en otro sitio. Leer, cantar y pasear. He aquí expresado de forma poética.

Mar: que pasó

Pablo I y V : Todo lo que entra en el paréntesis entre la previa en el Mercadona (Pablo 1 – Mar y Ale 0) y la nostalgia posterior de todos y todas.

Define en un 670 poético–literario el viaje de La necropia a Urueña.

Sarita:

De nuestro humilde taller surgió una aldea: Urueña que acariciando al que sueña vuelve siempre a aparecer

en la cabeza de Pablo (ay la nostalgia que mala) camina por la mañana sin zapatillas de raso

¡Me las ha robado el FLU!, grita aterrorizado.

Quieren a Antonio y el paño para cocinar cuscús.

Entra entonces “El Deseado” llenitos de leña los brazos.

Todos los ojos observando encender una hoguera despacio.

Pablo, te quedas sin zapatillas, decimos todos a una.

Si no es aquí, Antonio no curra.

Y Pablo, apenado, se puso sus deportivas.

Mariona: Lo dejo ya para mañana, que estoy en el curro y me van a pillar sonriendo mientras contesto un cuestionario rememorando el magnífico e inolvidable viaje, en lugar de estar interponiendo demandas con cara seria.

Ale: El viaje empezó fatal en el coche de Pablo V y I: una copilota terrible incapaz para la tecnología, unos Matías y Mariona hablando de colegiarse, una Ducay CALLADA y un casi accidente con el coche rojo maligno, pero las cosas solo podían mejorar. La chimenea, Cortázar y la casa de Los Beatos nos recibieron. Antonio y Sara (y el trapo) hicieron la comida. Todo lo demás fue mirar libros, pensar libros, y conocerse y desconocerse. Fuera hacía frío pero no nos dábamos cuenta. Tampoco nos dábamos cuenta de que el tiempo pasaba y que estábamos apunto de irnos. Sonreíamos, ilusos. Nos despedimos con más afecto.

Ducay: “A pesar del frío y el viento, nuestro grupo de héroes literarios se adentra en las calles de Urueña y con la ayuda de los locales consigue provisiones. Más tarde arrasan en las librerías y vuelven a la casa, tomada por Cortázar, encienden una hoguera con la ayuda de Jack London y de los valientes que se aventuran a pedirle leña al vecino ebrio que vive enfrente. Se escucha el crepitar del fuego, el rasgueo de las cuerdas de la guitarra y el hervir del agua para los macarrones. Después de una noche nadie quiere irse, pero la vida real y el humo de la ciudad llama. La expedición se despide, se monta en los coches y, con Borges en el bolsillo, sale a la llanura.”

Maiquel: Es muy tarde ya

Pablo: Se hacen llamar La Necropia, están dotados de bandera, buenas dosis de humor y muchas ganas de jolgorio, aunque están bien equilibrados. El éxtasis de los excitadores es contrarrestado por los llamados aplacadores, aunque durante el viaje descubren que dichas etiquetas son más esquivas de lo que aparenten. Lo que está claro es que juntos hacen un buen equipo. Las Juventudes Pablistas han trascendido a su maestro y se reúnen alrededor de una mesa, frente a una hoguera que previamente han encendido siguiendo las instrucciones de Jack London, y se disponen a leer a Borges, hacen sonar a los mejores cantautores de lo largo y ancho del planeta y descifran el modelo de producción en serie de Toyota.

Un emocionado coordinador no es capaz de contener la emoción y se retira a sus aposentos mientras sus discípulos debaten acerca del significado del amor. Lo que no sabe es que a través de ellos se está curando a sí mismo. Uno de ellos, algo más cauto, no es capaz de contener las lágrimas al llegar a casa y darse cuenta de que aún con todo, nos podemos decir tremendamente afortunados.

Sandra: Vinimos sin saber que íbamos a encontrarnos en el preciso momento en que ya podíamos disfrutar al máximo del estar frente a frente, mano a mano, con otros seres humanos que también querían llegar a ser quienes son. Por el camino, hemos descubierto que es más fácil conseguirlo si tenemos a quien nos mire desde fuera, nos ubique y nos sirva de contexto para situarnos a nosotros mismos, y lo que es más, llegamos incluso a cercioramos de que era posible salir de nosotros, todos a un tiempo, para mezclarnos, mirarnos de cerca y aprendernos unos a otros y a nosotros mismos, en ese pequeño espacio que conforma el salón cuadrangular con chimenea de una antigua casa rural.

Paula: Cristales empañados. Fuera hace frío mientras el interior es cálido. Dedos enrojecidos que hojean libros que huelen a viejo. Encontrar una historia cautivadora y hacerla tuya. Al final del día sentarse a escuchar, emocionarse y hallar la calma al mismo tiempo. Paseos bajo un sol invernal en calles prácticamente desiertas. Reírte hasta quedarte sin aliento. Ser transportada a otros mundos posibles mediante una voz que lee palabras de tinta gastada. Cerrar los ojos y sentir que eres, eres en los libros mil veces releídos, eres en la muralla que no se cansa de mirar el horizonte castizo. El viaje a Urueña ha sido frío en las mejillas, pero calor en el corazón.

[Este viaje ha sido precioso. Me he sentido literalmente como en mi casa. Si el eterno retorno es (referencia a Nietzsche porque pienso en ti), he elegido bien al venir a Urueña.]

Mar: No hacen falta 670 palabras para describir la experiencia, con una sola basta. Al igual que Magritte escribió “ciel” en el lienzo, sabiendo que el efecto de la letra y del color sería el mismo, yo digo Urueña con la esperanza de que la realidad designada se haga recuerdo en nuestras mentes.

Pablo I y V: Guiados por un gurú que nada tiene que envidiar a Charles Manson en su manejo de las situaciones difíciles, o a Vladimir Ilich Lenin en su manera de encender a las masas, un grupo de chavalines y chavalinas jóvenes, ricos y famosos se dieron cita en una casa rural de Urueña para hablar de lo divino y lo humano, debatir sobre el microondas y las cacas, leer a Borges, a Cortázar y a London al calor de la hoguera, recorrer librerías de viejo y esperar que Antonio terminara de hacer la cena para ofrecerle a quien escribe estas líneas el inmenso placer de creer que lo que (intenta) hace(r) no se aleja   demasiado   de la   sentencia nietzscheana que dice: aprended a reír. (668 caracteres con espacios a la primera, ahí es nada).

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