A propósito de la ilustración de Deb, lxs necropixs hemos estado reflexionando acerca de la palabra «precariedad» que tan carne se nos hace. Recopilamos las siguientes impresiones:
Yo he pensado AGUANTAR, un poco en la línea de la lucha y del apoyo pero con más cansancio, porque para mí la precariedad es incertidumbre y tener que (des)adaptarse constantemente, obliga a estar alerta de una forma invasiva y cruel, no permite parar, porque es una cuerda floja y te caes, pero no te lleva a ningún sitio… y aun así, aquí seguimos, aguantando. Cae.
La palabra real es APOYO, ya que en la precariedad es necesario contar con los otros/as no para superarla, sino para sobrellevarla. Somos por definición seres inacabados y solo en la continuación de los cuerpos que se apoyan podemos hacer frente a la precariedad. Pero no solo en una dimensión existencial, sino también política. La precariedad a la que estamos sometidas como parte del sistema socioeconómico en que vivimos, solo el apoyo puede servirnos para impugnar esta precariedad impostada. Pavlo.
AUTORREALIZACIÓN: Precariedad también es sinónimo de autorrealización si pensamos en cómo se ha privatizado nuestra existencia hasta el punto de que el trabajo se confunde con la vida misma; todo – hasta el mismo sujeto – es ahora valorable (ej. los sistemas de valoración de Uber, Tinder, Instagram o Globo – que puntúa al trabajador según cuán rápido y eficiente es repartiendo comida a domicilio en bici y a 2 grados, y encima se sirve del lema ‘tú decides lo que ganas’). La consecuencia de estos ejemplos salvajes de precariedad donde la narrativa del trabajador feliz ha justificado ese nuevo orden de producción es una fatiga constante. Esta presión individual de optimizarse y rentabilizarse a una misma constantemente conlleva el resultado de sentirse siempre insuficiente y autorresponsable de esta frustración. La precariedad está en que nos han convertido en nuestros propios jefes, nos han vendido que hay que ser uno mismo – único y diferente – como estrategia de reducir al sujeto-empresa en un todo, bajo un ideal de optimización del sujeto productivo contemporáneo que nos deshumaniza. La precariedad está en que este sistema socioeconómico ha terminado por responsabilizar al sujeto de su propia insatisfacción. Si no consigues trabajo, es porque no te has vendido suficiente. Marion.
CAÍDA: Es como que estás cayendo y no puedes controlarlo y no puedes parar, y no ves el futuro (ligando con lo de ceguera). Irene.
CEGUERA: Para mí la precariedad está marcada por no poder ver más allá de tu día a día, de estar en un modo de supervivencia perpetuo. El futuro precario es el que no se llega a avistar. Alejandra.
Yo diría FRAGILIDAD, en el sentido de que la precariedad hace que las relaciones tanto con uno mismo como con el resto adopten una forma inconsistente y efímera. Ángela.
A mí me gusta INEQUILIBRIO, porque no es desequilibrio, es más, es que no hay equilibrio, y también juega con el tema de la inequidad, que se parece el comienzo de la palabra… Pablo.
JAULA DE HIERRO: La bola de cristal opaco me hace pensar en una jaula de hierro. Nos han vendido (y nos hemos creído) que dentro de la misma tenemos libertad, pero no dejamos de ser prisioneras que viven enjauladas individualmente dentro de un mundo neoliberal del que no podemos escapar. Aludiendo al término de M. Weber acuñado en «La ética protestante…» para hacer referencia a la pérdida de libertad y autonomía del ser humano como consecuencia del desarrollo de la burocracia como forma de organización en la sociedad moderna, pienso que la precariedad también es sentirse solas y aisladas dentro una sociedad donde nuestras capacidades y autonomía quedan supeditadas a la eficacia y eficiencia de este sistema que nos explota a su servicio. En lugar de servirnos para tejer lazos dentro de la comunidad, hoy ser una misma es serlo dentro de nuestra propia jaula, a pleno rendimiento, supeditando toda nuestra vida y trabajo a la optimización del “yo”, y sacando rentabilidad en beneficio de los que nos tienen enjauladas. Marion.
Mi palabra sería LIMITACIÓN. El dinero es más que nada potencial para hacer lo que uno quiera, así que la falta de ofusca muchas posibilidades en la vida. Bego.
LUCHA. Pavlo.
MENTIRA: El trabajo es una completa mentira. En los inicios supuestamente la máquina iba, sino a reemplazar el trabajo humano, reducirlo y darnos ese tiempo libre tan deseado. Pero la excesiva producción, el capitalismo y los ritmos actuales de vida nos han hecho creer que el trabajo es necesario, incluso han llegado a crear «trabajos de mierda» (libro que tengo pendiente de David Graeber) sin ninguna utilidad. Además, tienen que ser trabajos que nos gusten y si puede ser nuestra pasión pues ¡Menudo paraíso! (ironía). Quién quisiera matar su pasión dedicándole ocho horas al día, cinco días a la semana mínimo…Y después de estar estudiando para conseguir tus sueños, te ves trabajando en donde puedes. O ni siquiera con la posibilidad de estudiar. Paula.
NIHILISMO: No hay nada más precario que la absoluta negación de la existenica de una verdad. No creer en nada, negarlo todo, es no esperar nada de las cosas, es el rechazo a la posibilidad de conocer a partir del imprevisto. ¿Qué hay más precario en la vida que la falta de verdad y esperanza? Cos.
Yo había pensado en PENDIENTE porque la precariedad hace que todos los días esté pendiente la supervivencia y que nada esté asegurado, y a la vez deja pendiente también la vida (el cuidado de las relaciones, el amor propio, etc). Además tiene otro sentido, que es el de gradiente. En constante pendiente hacia abajo los frenos son precarios y eso nos hace frágiles. En cambio, una pendiente hacia arriba nos exige una lucha constante al más puro estilo sisifiano. Precaria la lucha cuesta arriba de la supervivencia y precaria la falta de sustento que acelera la caída. Estamos como cuando en los dibujos animados uno persigue a otro y acaba en un acantilado, suspendidos por un momento en el aire aun moviendo las piernas pero a punto de caer al vacío. Pedro.
Yo pondría en la ilustración SALTAR. Un poco por la imagen que siento que hace con la ilustración, llega un momento en que tanto andar en la cuerda floja está puede que se rompa o puede que el que está encima se cansé y salte. De hecho diría, lo ideal es saltar antes de que se rompa porque al menos podrás dirigir el salto y no simplemente caer. (SALTAR O ¡SALTA!). Ana.
Se me ocurre también al hilo de lo de Irene, TROPEZAR o TROPIEZO, como que hay algo externo que te hace caer. Pavlo.