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Paseo Literario «Rastros de sangre» del 27.10.2015 (por Dani)

Ruta Psicogeográfica por el Madrid secreto

La clase del Club de lectura y escritura del 27 de octubre tuvo como escenario a las calles de Madrid. De la mano de Carlos Arévalo, gran psicogeógrafo y amigo (que por desgtracia no pudo traer a su lazarilla Vega, perra psicogeográfica que conocimos al finalizar el Paseo) realizamos un recorrido psicogeográfico que a lo largo de 7 paradas (ver mapa) nos permitió conocer algunas de las historias más sangrientas de la ciudad.

Empezamos la visita enterándonos del significado del término PSICOGEOGRAFIA, tan usado por nuestro guía, y que remite a la relación entre el medio urbano y el individuo. Esta disciplina, vinculada con la geografía, la historia y el urbanismo, se basa en el estudio de leyendas, tradición oral y escrita, para conocer cómo el medio afecta a los habitantes y cómo estos, a su vez, dejan huella en su entorno.

Teniendo en cuenta este concepto, la idea del recorrido es conocer las historias de determinados sitios de la ciudad que nos servirán como hitos.

A partir de los apuntes de Carlos, va un resumen de la visita. En el mapa se pueden consultar las diferentes paradas, aunque el recorrido entre un punto y otro no es exacto (cuando la memoria falla, no hay ni google maps que lo arregle).

Plaza de la Paja

Esta Plaza fue elegida como punto de inicio porque fue un sitio por el que pasaron (y se ocultaron) pobladores marginales en distintas épocas. Aquí se guarecieron desde los judíos que no aceptaron la expulsión de España, impuesta por los reyes católicos en 1492, hasta una banda de delincuentes que la usaron como guarida en 1944.

Mesón del Lobo Feroz

En la calle de Lucientes 9, donde hoy funciona un taller de costura, existió el famoso mesón que debe su nombre al apodo del comisario de policía que lo fundó. En la década de los 60, Cándido Morales era temido por las redadas que realizaba en los prostíbulos y calles de la zona y demostró un claro sentido del humor al darle este nombre a su bar. Después de 15 años lo traspasó a una madame que lo reabrió como club de alterne y luego a una mujer que pretendía reabrirlo como bar para dar trabajo a su hijo. Este, Santiago Sanjose (apodado el legionario) solía tener altercados con las prostitutas de la zona y en la nochebuena de 1987 apuñaló a una de ellas que, a pesar de las heridas, logró huir. Después del incidente el bar quedó cerrado por 15 años hasta que un empresario lo alquiló. Tras una reforma descubrió los cadáveres de dos prostitutas asesinadas con el mismo cuchillo, por lo que Santiago Sanjosé fue detenido, justo cuando salía de una reclusión en el psiquiátrico…Después de un tiempo detenido se perdió su rastro. Hay quienes aseguran que trabaja de guardia de seguridad en Málaga y otros afirman que volvió al barrio. Lo cierto es que cada vez que ocurre algún crimen de faca o cuchillo, su nombre vuelve a la memoria colectiva.

Calle de la Ruda

Esta calle, situada frente al mercado de la Cebada, era el suburbio del rastro donde se comerciaba con productos más baratos aún y de baja calidad. Benito Pérez Galdón menciona esta calle en Misericordia cuando comenta las peripecias de Benina para poder subsistir: dice: “… no le era difícil adquirir comestibles a precio ínfimo, y gratuitamente huesos para el caldo, trozos de lombardas o repollos averiados, y otras menudencias. En los comercios para pobres, que ocupan casi toda la calle de la Ruda, también tenía buenas amistades y relaciones y con poquísimo dinero, o sin ninguno a veces, tomando al fiado, adquiría huevos chicos, rotos y viejos, puñados de garbanzos o lentejas, azúcar morena de restos de almacén, y diversas porquerías que presentaba a la señora como artículos de mediana clase.

Si algo caracteriza a un mercado al aire libre es el problema que representa la falta de limpieza, y aquí parece ser que era absoluta. En El País se llega a afirmar: “La calle de Santa Ana sería una de las más sucias de Marruecos de no existir la de la Ruda, que es la calle más puerca del orbe.

Según cuenta Carlos, tras la Guerra Civil parece que el mercado callejero desaparece definitivamente.
Políticamente fue una calle comprometida con los movimientos de izquierda y republicanos, así en el número 21 hubo un Centro Republicano y un Centro de Instrucción de Obreros muy dinámico, que incluso llegó a dar mítines feministas, dentro de otras muchas actividades divulgativas y formativas.

Esta calle fue también muy “movida” porque se registraron numerosos hechos violentos. No sólo hubo conflictos entre vecino o comerciantes del rastro, también hubo incidentes como el incendio del Teatro Novedades en 1928 en el que murieron cerca de 100 personas (y mientras los servicios de socorro sacaban a las víctimas, muchos vecinos aprovechaban para robarles). También hubo encontronazos que acabaron a cuchilladas, lo que pone de manifiesto la rudeza de la vida cotidiana en esta zona de la ciudad.

Calle de la Cabeza

Esta zona de Madrid por su proximidad al rastro es otra de las más sangrientas. Por aquí abundaban las carnicerías y tenerías y el reguero de sangre que de ellas salían fue lo que dio origen al popular mercado.

Una de las principales historias de la ciudad ocurrió a principios del siglo XVII. Se cuenta que un caballero compró una cabeza de carnero para comer y se la llevó en un hatillo sin darse cuenta de que iba dejando un reguero de sangre por la calle. Cuando lo paró la policía y abrió el paquete, en lugar del carnero había una cabeza humana. Aunque el caballero no pudo explicar lo ocurrido, confesó que años atrás había decapitado a un sacerdote para el que trabajó y se fugó con el botín. El caballero fue ajusticiado en la Plaza Mayor y todo el suceso quedó inmortalizado dando nombre a la calle.

Actualmente se pueden ver las placas con dibujos que representan el nombre de las calles y que se hicieron para poder ser identificados por las personas que no supieran leer. En la calle de la Cabeza, las placas representan la historia del caballero y las cabezas.

Plaza Mayor

Este es uno de los sitios más representativos de Madrid. Se construyó en el siglo XVI y era denominada “Plaza del arrabal”. Fue el mercado principal de la ciudad, se usó para corrida de toros y para ajusticiamientos a los reos. Durante la época de la inquisición, los condenados por herejía eran quemados vivos pero tenían la opción de adjurar de sus pecados y así evitar este final (eran asfixiados). Dado que el final era siempre la muerte, muchos aprovechaban los últimos minutos para expresar sus últimos pensamientos y, para evitar la incomodidad de los comentarios de muchos condenados, se terminó por amordazarlos. Este proceso era llamado “auto de fe” y se consideraba un evento público al que asistían los vecinos y ciudadanos.

A partir del siglo XVII los autos de fe pierden interés para el público, por lo que Felipe IV decidió usar la plaza para celebrar ejecuciones públicas por otros delitos no relacionados con la herejía.

En función de la pena se utilizaba un sitio específico de la plaza para el ajusticiamiento: frente al portal de pañeros si era a garrote, frente a la casa de la panadería si era en la horca y frente a la carnicería si era a cuchillo o hacha.

A partir del siglo XIX estas actividades fueron trasladadas a la Plaza de la Cebada por considerar que este era un lugar excesivamente céntrico para tales actos.

El callejón del infierno

También en la Plaza Mayor se encuentra este callejón que sufrió varios incendios y de allí deriva su nombre. Tuvo, además, habitantes que fueron protagonistas de crímenes curiosos. Uno fue el cura prestamista Merino, que en 1852 intentó asesinar a Isabel II pero los armazones de su vestido frenaron el estilete y salió invicta. Sin embargo, Merino fue condenado a muerte y confesó que no tenía intención de matar a la reina, su finalidad era asesinar al presidente Narváez o a la regina regente.

Carlos nos trae a colación comentarios que sobre este personaje hicieron las crónicas de la época: «Merino era un tipo moral de los más extraordinarios: mezcla singular e incomprensible de cinismo, de sangre fría, de común bondad, de insolente candor hasta el mismo crimen. (…) sus respuestas inesperadas eran propias de un loco o de un filósofo, de un sabio o de un energúmeno, de un hombre honrado o de un perverso criminal».

30 años después del suceso se instaló en la calle otro cura de nombre Cayetano Galeote quien se vio perjudicado por las normas impuestas por el Obispo y lo mató de 3 tiros el domingo de ramos de 1885. Como no se arrepintió del hecho y amenazó a los presentes en el juicio, se lo condenó a cadena perpetua en el manicomio de Leganés donde murió en 1922.

Calle Mayor

La última parada de la ruta, es la de la calle mayor en la que el 31 de mayo de 1906 se produjo un atentado contra el Rey Alfonso XIII que acababa de contraer matrimonio con Victoria Eugenia. Tras la celebración en la iglesia de los Jerónimos la comitiva pasó por esta calle y fue víctima de la explosión en la que mueren 25 personas y hubo más de 100 heridos. Los reyes salieron ilesos.

El autor del atentado fue Mateo Morral, un anarquista que justamente un año antes había intentado acabar con Alfonso XIII en París. Para el atentado de Madrid, Morral utilizo una bomba llamada bomba Orsini que le habían entregado diez días antes envuelta en una bandera francesa.

En el atentado de Madrid, el cable del tranvía que antiguamente pasaba por aquí, hizo que la bomba, que esta vez había camuflado con un ramo de rosas, rebotase hacia el público provocando las víctimas. En recuerdo se erigió un monumento que originalmente era más grande pero que en la guerra civil española fue usado para la munición que defendería Madrid de los fascistas.

Y para dar término a nuestro recorrido, Carlos nos comenta que si seguimos la calle Mayor en línea recta pasamos por varios lugares que han sido determinantes para la historia de este país, siempre hablando de la historia de sangre. Esta línea de sangre acaba en un árbol del paseo de coches dentro del Parque del Retiro en el que días antes del atentado Mateo Morral, grabaría en la corteza de un árbol su intención de acabar con la vida del rey:

  • Ejecutado será Alfonso XIII el día de su enlace – Un irredento – Dinamita.

Tras esta visita psicogeográfica, nos despedimos de nuestro guía de lujo con la sensación de que la ciudad esconde muchos rincones más por descubrir.

 

Ruta MADRID

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