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Lewis Carlos en el país de Lewis Carroll (por Sandra)

Esta semana La Necropia ha tenido la posibilidad de volver a disfrutar de la estupenda charla sobre lo que poblaba la cabeza Lewis Carroll, ofrecida por nuestro casi homónimo Lewis Carlos.

Lewis Carroll (1832-1898) nació en una familia modesta en pleno periodo victoriano y orientó sus estudios al ámbito eclesiástico y matemático, ámbito en el que fue alumno destacado. Otra de sus grandes aficiones fue la fotografía de modelos infantiles, actividad que desarrolló durante los años 50. Es en esta década, concretamente en 1856, cuando escribió Alicia en el País de las Maravillas, inspirado por la hija de su amigo Henry Liddell.

Lewis Carroll era tartamudo y ya de niño quedó sordo del oído izquierdo. Además, sufrió tosferina de adolescente, y arrastró sus secuelas toda la vida. Sin embargo, la enfermedad que más podría haber influido en su producción literaria es sin duda la migraña con aura. Esta patología se caracteriza por la aparición de distintas alteraciones en la vista, oído, percepción o incluso en el lenguaje durante un periodo relativamente breve y antes de que aparezca el dolor de la migraña propiamente dicho. Entre los síntomas visuales se incluyen episodios donde desaparecen objetos del campo visual, aumentan, disminuyen o incluso se tiene la sensación de que es uno mismo el que lo cambia de tamaño.

El hecho de que Carroll padeciera esta enfermedad puede considerarse confirmado a partir de dos indicios. En primer lugar, durante la década de los 50 visitó a diversos oftalmólogos debido a ciertas molestias visuales, para las que se le recomendó que descansara la vista. En segundo, entre 1885 y 1891 redactó una serie de artículos que describían los síntomas visuales que manifiesta la migraña con aura, quizás influido por las publicaciones médicas de los 70 en las que por fin se había logrado describir el fenómeno correctamente.

Sin embargo, el diagnóstico de Carroll como migrañoso pudo verse eclipsado por tres episodios en los que sufrió pérdidas de conocimiento, unidas a convulsiones en alguna ocasión. Dado que algunos de los síntomas de ciertos tipos de epilepsia pueden solaparse con los de la migraña, esto pudo dar lugar a cierta confusión a la hora de dar un diagnóstico.

En lo que respecta al consumo de sustancias diversas, Carroll era consumidor habitual de láudano, como forma de calmar el dolor derivado de sus distintas enfermedades. En alguna ocasión también debió probar setas alucinógenas, cuya presencia puede rastrearse en algunas partes de Alicia.

Finalmente, otro síntoma de un trastorno neurológico que se observa a través de su obra es la prosopagnosia o incapacidad para reconocer las caras, que exhibe Humpty Dumpty en Alicia a través del espejo.

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